Revista Ciclismo

La Marcha de Abraham Olano: su protagonista (II)

Por Rafael @merkabici
La Marcha de Abraham Olano: su protagonista (II)

Ayer te estuvimos contando cosas sobre la Marcha de Abraham Olano, y habíamos empezado presentándote a su protagonista, el gran ciclista guipuzcoano. Por si tienes las suficientes fuerzas para ir subiendo junto a él un puerto...para que tengas algo de lo que hablar...

La Marcha de Abraham Olano: su protagonista (II)

Y le habíamos dejado justo en puertas de aquel Tour de Francia de 1996 de infausto recuerdo para el ciclismo español, donde Miguel Indurain fue derrocado tras cinco años de dominio, y donde Olano se quedó cerca de la gloria en demasiadas ocasiones.

Y es que en la infausta jornada de Les Arcs, el Waterloo de un enorme campeón, Abraham Olano estuvo a punto de coger el maillot amarillo, al quedar empatado a tiempos con el ruso Eugeni Berzin, que fue al final quien llevó, por las centésimas, la prenda dorada. Y durante toda la carrera se mantuvo el ciclista de Mapei entre los dos o tres primeros de la general, mostrando una enorme solvencia en la montaña, siempre con los mejores. Al menos hasta la jornada de Pamplona. Allí una discutible táctica del equipo Mapei, jugando aganar desde lejos pero con un punto de locura condenó a Rominger y Olano, en aquel entonces segundo y tercero de la general, a desempeñar roles secundarios. Acaba ese Tour entre los diez primeros, dejando sensaciones como para haber estado más arriba, y abriendo una prometedora puerta de cara al futuro sobre sus auténticas posibilidades en la carrera.

La Marcha de Abraham Olano: su protagonista (II)

En ese invierno Olano abandona Mapei para pasar a las filas del equipo Banesto, a donde llega con la imposible tarea de hacer olvidar a Miguel Indurain. Una responsabilidad que asume con honestidad, pero que, de facto, acaba siendo excesiva, empequeñeciendo las muchas victorias que consigue durante ese período. Así, tras un primer año de sabor agridulce (con caída en Dauphine que le arrebata una carrera que tenía encaminada), y etapa y cuarto puesto en un Tour donde Olano da toda una lección de coraje y sufrimiento, entramos en 1998, donde Abraham Olano se impone en la Vuelta a España, una de sus mayores victorias, aprovechando un trabajo coral excelente y haciendo buena su defensa del amarillo frente a rivales tan duros como Jalabert o Escartín. La Euskal Bizikleta, la Vuelta a Burgos y, sobre todo, el Mundial contra el crono terminarán por redondear un año fantástico. Este último título, además, le convertía en el primer ciclista con victoria en el Mundial tanto en ruta como contrarreloj, algo que aun nadie ha conseguido igualar. Sin duda un hito para cualquier palmarés.

Pero, con todo, Abraham es inconformista, y hace realidad su viejo sueño de trabajar con el innovador Manolo Saiz, al fichar por la ONCE ese invierno. Allí se encuentra con una escuadra muy potente, con un concepto de trabajo en equipo y tácticas muy diferente al de cualquier otro conjunto, y, sobre todo, con una bestia como era Laurent Jalabert que le permite descargarse de responsabilidad durante largos períodos de la temporada.

Los resultados son, de nuevo, buenos pero con regusto amargo. Abraham consigue etapas aquí y allá, termina sexto en un Tour de Francia salvaje, corrido a un ritmo extraordinariamente exigente, y parece llegar mejor preparado que nunca a su cita anual con la Vuelta a España, dispuesto a reeditar su título. Todo va inmejorablemente, con victoria en la crono incluida y con una escalada al Angliru a la altura de los mejores escaladores, cuando Olano debe abandonar la carrera por las secuelas de una lesión producida tras una caída bajando el Cordal. El sueño de reeditar el título, que parecía bastante encaminado, deberá quedar abandonado.

Mañana terminaremos con esta presentación biográfica sobre el homenajeado en esta atractiva marcha cicloturista.


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