Terminamos aquí de esbozar este breve biografía sobre el campeón que da nombre a la marcha Abraham Olano, el extraordinario ciclista de Anoeta. Y lo hacemos continuando por donde lo dejamos ayer, en aquel año 2000 lleno de luces y claros.
Y es que el nuevo siglo trajo para Olano una nueva forma de trabajo, nuevos objetivos y un modo diferente de abordar la temporada ciclista. Manolo Saiz no lo quería tan centrado en las grandes vueltas por etapas, su caladero habitual de prestigio, sino que buscaba convertirlo en un corredor completo capaz de brillar en todo el calendario.
Y lo cierto es que el experimento no salió mal, ya que Olano firma una primavera fabulosa, con victorias en la desaparecida Vuelta a la Comunidad Valenciana, en la tirreno-Adriático y en el Criterium Internacional, donde protagoniza una fenomenal etapa con final en Gourette, en mitad del Aubisque, con resultado impactante en un ciclista de su estilo. Las grandes vueltas, con todo, se le atragantarán al vasco ese año, con un paso bastante discreto por el Tour y una Vuelta a España que comenzó de forma ilusionante, imponiéndose con contundencia en la primera contrarreloj larga, para después pasar a sufrir en montaña. Una temporada, pues, de nubes y claros.
El año siguiente contempló la última gran actuación de Olano en las grandes vueltas, con un meritorio segundo puesto en un Giro de Italia de gran dureza dominado por completo por el gran Gilberto Simoni. El ciclista vasco accedía por última vez al pódium de una grande, un lugar que había visitado por duplicado en Giro y Vuelta a España.
Por último, en 2002 Olano presenta como resultado más destacable el segundo puesto en el Campeonato de España de ruta celebrado en Salamanca. Bonita forma de cerrar su carrera profesional, cuyo salto a la gran élite se produce, como vimos en días anteriores, con el doble título de campeón de España que conquista en 1994. Corajudo, sufridor y con una planta como rodador excelente (su posición sobre la cabra es de las mejores entre los profesionales de los últimos años) Olano dejaba tras de sí un reguero de éxitos y momentos en los cuales tuvo la gloria rozándola con los dedos, una carrera plagada de momentos para el recuerdo que están ya insertos por derecho propio en la retina de los buenos aficionados.
Y ahora presenta, nada más y nada menos que una Marcha cicloturista. Pero no una cualquiera, sino una de dureza superlativa. El próximo día te contamos su recorrido y los puntos más importantes del mismo.