Los hilos sabían desde el principio
Los pasos y los abrazos que soñaría;
De una gasa puesta en lo invisible
Le mandaron sus tres amores
Y su montón de incertidumbres:
La almohada para no sufrir a solas,
El cigarro deshaciendo en humo su alegría
Y las ganas siempre ausentes de llorar en los rincones.
Pintaron en su cara pensamientos perdidos
Y entonces, la lágrima y el beso
Dieron inicio a su discordia
A la hora de saludar las despedidas.
Le apretaron el cuello
Y le tatuaron un inventario portátil
En su corazón enamorado del tic-tac de los relojes.
Le desempolvaron el cielo
Y la inmortalidad que, conolor ha guardado,
Todavía le hacía cosquillas en el sueño.
Lo empujaron hasta lo profundo de los arreboles
que tejía en su gemido la mujer del entusiasta
y le borraron la memoria enun caldo de caricias satisfechas.
La marioneta creció olvidando
Y día a día a prendió a verse
Con ilusión y algo de pregunta ante el espejo.
Le trazaron un camino de termitas
Para que sintiera envejecer sus cosas más queridas
Y poco a poco, los hilos,
se los fueron enredando entre las velas.
Al final del espectáculo yo también,
Busqué en el baúl, la marioneta de mi vida.