La Mesa
No hay nada mejor que una reunión alrededor de una mesa (calabacines a la milanesa). Me gustan esas que te acercan a familiares que ves al cabo de los años y te cuentan historias que iluminan los ojos con recuerdos, esas que nos acercan también físicamente, porque todos sabemos que esa reunión se debe hacer en la mesa de la terraza, nadie quiere entrar en casa teniendo semejantes vistas a un infinito campo de arboles y flores silvestres que se ven desde la altura de la casa, y esa mesa, rectangular de madera agrietada que, aunque no es pequeña, apenas hay sitio para todos (migas manchegas) y las sillas casi se apretujan entre ellas, porque esa reunión, para que cuente algo, tiene que estar bien llena de anécdotas entre patatas guisadas, tomates rellenos o potaje de garbanzos:
Receta 1
Ingredientes:
½ Kg. Garbanzos
Espinacas
2 cebollas y 2 dientes de ajo
una rama de perejil
1 huevo cocido
3 rebanadas de pan
un pimiento choricero seco
aceite, pimienta y sal…
Aunque tal vez la que trae más risas y largas horas de sobremesa son las de amigos, (salsa mahonesa a la indiana) y en este caso no hay nada como comer en la mesa de la cocina, es nueva, la mesa, no la cocina, la vi en el último catálogo de Ikea y se convirtió desde el minuto uno en la estrella nórdica del lugar, la reina vikinga por meritos propios, rodeada de unos azulejos a todo color, como si estuviésemos en una película de Almodóvar (pollo en pepitoria). Esa misma mesa en la que los platos nunca llegan enteros a su destino, porque mientras cortas la cebolla, desmenuzas la carne y laminas bien finito el champiñón, se habla mucho con la primera copa de vino en la mano, mientras van llegando a casa uno a uno (canapés de salmón ahumado).
Receta 2:
“Mantequilla de trufas:
Macháquense 50 grs. de trufas bien negras, añádase a 16 machacado 125 grs. de mantequilla fina, pásese todo por un tamiz y resérvese en la nevera.
Nota: Siendo las trufas de conserva se pelarán si
no están peladas y l11,ego,bien escu.rridas, se procederá
a machacarlas; siendo frescas se lavarán y se rasparán
perfectamente antes y se cocerán o no, según receta”
La Condesa de Parabere
Todas estas recetas son descritas paso a paso, en un recetario de cocina, por María Manuela Mestayer de Echagüe, la Condesa de Parabere. Pionera, culta, decidida y con una vida digna de una película, o por lo menos un Documaster de la 2, María Mestayer nació en 1877 en Bilbao y nunca fue condesa, ni falta que le hacía, después de pasar algunos años de su infancia en Sevilla, volvió a Bilbao, donde se casó y tuvo ocho hijos, hasta aquí todo normal, bueno, todo lo normal para aquella época, una en la que su marido prefería comer en La Sociedad Bilbaína que en su casa, uno de los motivos que la impulsó a entrar en la cocina. Gracias a sus muchos viajes y famosas amistades culinarias, practica, aprende y enseña cocina hasta 1936, año en el que viaja a Madrid con cuatro de sus hijos y jamás vuelve a ver a su marido. Su primer restaurante fue en La Puerta del Sol, luego llegó el del barrio de Salamanca, pero la guerra, impagos y deudas crecen hasta su cierre en 1944. Una mujer luchadora, con una intensa vida, adelantada a su época, precursora de mujer empresaria, que escribió recetarios de cocina paso a paso y comenzó una enciclopedia. Una vida rodeada de fogones, mantelerías y recetas que sirven de guía desde entonces hasta la actualidad, y que este año han querido plasmar en “Homenaje a La Marquesa de Parabere Las recetas clásicas” (Planeta Gastro) un merecido homenaje.