Marsopas actuales a escala. Ilustraciones tomadas de whales.org.au. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, marsopa sin aleta (Neophocaena phocaenoides), marsopa común (Phocoena phocoena), vaquita marina (Phocoena sinus), marsopa de anteojos (Phocoena dioptrica), Marsopa negra o espinosa (Phocoena spinipinnis) y Marsopa de Dall (Phocoenoides dalli).El último día de Marzo de este año, la revista Biología Actual (Current Biology) publicó el trabajo de un equipo de investigadores de Estados Unidos y Nueva Zelanda, donde se describe a una marsopa inusual. Se le dio el nombre científico de Semirostrum ceruttii, que significa "Rostro medio de Cerutti", en honor a Richard A. Cerutti, el paleontólogo que colectó el holotipo (espécimen representativo de la especie) y otros materiales fósiles usados en la descripción de Semirostrum. La nueva marsopa procede de la Formación San Diego, fechada entre hace 4.2 y 2.6 Ma; así como de la Formación Purisima, que tiene una antigüedad de entre 5 y 2.5 Ma. Ambas formaciones se localizan en California, EUA y datan del Plioceno.
Reconstrucción esquelética, cráneo y mandíbula de Semirostrum cerutti. Barra de escala en el esqueleto a 50 cm. Barra de escala debajo de la mandíbula a 6 cm. Modificado de Raicot et al. (2014).Lo interesante de esta marsopa es que posee una adaptación única y nunca antes vista en otra marsopa, cetáceo o mamífero. Se trata de una sínfisis mandibular (la región en la que se unen los huesos pares que conforman la mandíbula inferior) alargada en extremo, de forma análoga a la del ave conocida como rayador o picotijera. De forma convergente a estas aves, Semirostrum cerutti poseía una serie de canales que presuntamente estaban involucrados en una función sensorial potenciada. Es decir, esta marsopa podía sentir con la mandíbula. Los autores de su descripción presentan evidencia de desgaste dental y anatómica que sugiere un estilo de dieta único, Semirostrum se alimentaba "rayando" el fondo marino.
Reconstrucción de Semirustrum cerutti por Bobby Boessenecker.Este descubrimiento pone de manifiesto cuán poco sabemos de los cetáceos y de las formas de vida pretéritas en general, así como la imperante necesidad de saber más sobre ella.
FUENTE PRINCIPAL:Racicot, R. A., Deméré, T. A., Beatty, B. L., & Boessenecker, R. W. (2014). Unique Feeding Morphology in a New Prognathous Extinct Porpoise from the Pliocene of California. Current Biology, 24(7), 774-779.
