Tener una mascota es un acto de gran responsabilidad parecido a tener hijos, no es un juego pero sí que puede aportar grandes beneficios para la familia.
Cuando se aproximan fechas especiales como Navidad, Reye, etc., los padres compran o adoptan una mascota para sus hijos; aunque en el menor de los casos optan por la adopción en la cual deberíamos pensar primero pues hay multitud de animales abandonados.
Cuando pasa el tiempo y las personas comprueban que las mascotas demandan tiempo y cuidados, muchos son abandonados.
El problema viene de la base ya que el los colegios y en las familias se debería concienciar a los niños del cuido y los derechos que tienen los animales, pues es un ser vivo que va a formar parte de nuestro entorno familiar y requieren además un proceso de adaptación.
Una mascota puede ser un maravilloso compañero de juegos y fiel para nuestros hijos, desarrollándoles el lado más altruista; pero hay que atenderles adecuadamente, tenerles unos hábitos de higiene, alimentación a diario y establecer un modelo de convivencia adecuado para proporcionarle a nuestra mascota mayor calidad de vida.
Así que antes de tener una mascota eduquemos a nuestros hijos y a nosotros mismos en el respeto por el mundo animal, al igual que todo ser vivo tiene derecho a ser respetado.