"No siempre quien más pretende sobresalir públicamente es quien más trabaja. En masonería el trabajo es discreto y no se hace ostentación de ello, no responde a una necesidad de preeminencia personal, sino a un sentimiento de servicio generoso y solidario de obra colectiva."
Rosa Elvira Presmanes García
Cayó por fin en mis manos el libro de Rosa Elvira Presmanes. Se titula así: "La masonería femenina en España. Dos siglos de historia por la igualdad". Una amiga se había encargado de ponerme al tanto de su existencia. Ahora, una vez leído, quería dejar una pequeña reseña en Memoria Masónica ¿Cuál es mi impresión? Es buena. Muy buena. Vaya por delante antes de continuar escribiendo que a mí lo que me gusta es leer los libros; mi oficio no consiste en hacer esos linchamientos que pretenden pasar por crítica literaria. Así que si lo que leo no me gusta, me callo y punto. No es este el caso.
Si quien sigue estas líneas tiene interés en conocer un poco más sobre la masonería española y, en particular sobre la participación y presencia de las mujeres en esta institución, el trabajo de Rosa Elvira Presmanes le aportará no pocas luces.
He de confesar que he leído el libro sin seguir un orden estricto. Lo abrí por las páginas dedicadas a Rosario Acuña. Luego fui encontrándome con otras mujeres, algunas ya conocidas, otras a las que me he acercado por primera vez: La autora hace un completo repaso por la biografía de un buen número de personas que le han dado a nuestra historia y a la propia masonería todo un timbre de diginidad. Al lado de la librepensadora de Pinto están Hildegart Rodríguez -que conocí en su día gracias a la referencia que a ella hace Santiago Carrillo en sus memorias-, Belén Sárraga, Mariana Pineda, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Ángeles López de Ayala, Amalia Carvia, Clotilde Cerdà, Teresa Claramunt, Carmen de Burgo, Clara Campoamor, Carme Monturiol, Consuelo Berges, Aurora Bertrana, Margarita Nelken y Libertad Morte, exiliada española que llegó a ser Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Francia, y en buena medida responsable de la expansión de una concreta sensibilidad masónica cargada de identidad propia.
En muchas ocasiones hemos hablado desde Memoria Masónica de la participación de la mujer en la masonería, siempre en estricta igualdad con los hombres. Es de todos conocida mi postura y mi opción, favorable a las estructuras mixtas en los talleres; sin embargo también es conocido que defiendo el criterio de libertad de cada logia, y que en ese sentido aborrezco bastante de las posiciones absolutistas que empapan este debate. Me refiero a absolutismos que preconizan de forma excluyente la masculinidad, la feminidad o la propia "mixitidad". Éstos últimos también existen. El trabajo de Rosa Elvira Presmanes es ajeno a este tipo de posiciones y permite al lector distinguir muy bien qué es la masonería femenina y cómo ha sido el proceso de incorporación de la mujer a la entidad, dos procesos íntimamente ligados, qué duda cabe, pero diferentes.
He tenido la oportunidad de encontrar en Barcelona hace muchos años algunas de las personas citadas en el libro; así a Marie Françoise Blanchet y también a Rafael Vilaplana, pero nada sabía de Libertad Morte ni de su trabajo en pro de la expansión de la masonería femenina. Me la he encontrado entre estas páginas impresas con letra menuda, muy bien redactadas y de lectura amena y ágil. Ha sido todo un descubrimiento para mí.
También he hecho alguna anotación. Quizá la más extensa afecta a una reflexión de la autora que comparto en buena medida y que textualmente dice: "... Actualmente, y vistas las circunstancias, la masonería se encuentra aún frente al difícil reto de encontrar y ocupar su lugar, un lugar más allá de la Ilustración de las revoluciones, así como del nihilismo posmodernista. Tiene el difícil reto de conservar y transmitir su idiosincrasia atemporal adaptándola a los nuevos tiempos históricos y a los retos que estos nos plantean, en un contexto de profunda crisis de valores, causa esta de la grave crisis económica por la que se atraviesa..." Da para mucho. Y uno, que no es de natural pesimista, queda preguntándose si llegará a ver otro estado de cosas diferente al que ha conocido. Pienso al terminar mi nota que al gran libro en el que se narra el presente y futuro de las mujeres y los hombres que integran la masonería, le quedan aún muchas páginas por escribir. Se van llenando poco a poco, con muchos detalles y pequeños apuntes. A veces la letra es apretujada y el relato que hacemos intrascendente. Otras se narran cosas de mayor enjundia. Sucede así, por ejemplo, cada vez que una mujer da los pasos para incorporarse a un Taller o progresa en él; cada vez que el machismo intolerante pierde terreno; cada vez que las obediencias másonicas adogmáticas se entienden un poco mejor y dejan de competir mercantilmente por una población tratada a veces como un nicho de mercado. Queda mucho por hacer, quién lo duda...
Desde aquí mi agradecimiento a Rosa Elvira Presmanes García por su trabajo y por este pensamiento suyo tantas veces olvidado que encabeza la presentación de esta nota.
La masonería Femenina en España. Dos siglos de historia por la igualdad
Rosa Elvira Presmanes García
Año 2012, 350 páginas
Ediciones "Los Libros de la Catarata"Et si omnes, ego non.