La Masonería iniciática tiene un cuerpo y un alma, esto es un aspecto objetivo y otro subjetivo. El cuerpo de la Mas:. son los hechos acaecidos en el curso de su historia, sus Constituciones, sus Reglamentos, su infraestructura edilicia y ceremonial.
El alma de la Mas:. es lo iniciático. Por eso decimos que la Mas:. es una Orden Iniciática. Una Orden es iniciática cuando observa el modo iniciático como regla para hacer las cosas.
El modo iniciático masónico consiste tanto en un método de transmisión del conocimiento como un conocimiento en sí mismo:
1º) Como método de transmisión del conocimiento se basa en la enseñanza (docencia) a través de los símbolos, en particular el simbolismo constructivo, que busca la esencia de las cosas más allá de las apariencias. Para ello el simbolismo nos ayuda a actualizar lo que está en potencia en nuestro ser interior, nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y por ende al Creador ( GADU) y al Universo por el creado.
El verdadero fundamento del simbolismo constructivo es la correspondencia que existe entre todos los órdenes de la realidad que los liga uno al otro.
En otras palabras el simbolismo nos ayuda desde la Inmanencia a la Trascendencia.
Entendemos, en este contexto, por Inmanencia, lo que corresponde al orden natural y por Trascendencia lo que corresponde al orden sobrenatural.
2º) Como método de conocimiento en sí mismo, el modo iniciático masónico implica también lo que se ha dado en llamar "conocimiento inclusivo", porque comprende desde el saber más elemental hasta los misterios más profundos, es decir tanto lo visible y comprobable como lo profundo e invisible.
El "modo iniciático" como método de transmisión del conocimiento y como conocimiento conforma el llamado "camino iniciático", que es un camino de perfección espiritual porque a medida que avanzamos nos proporciona una mayor comprensión de la Realidad única.
El "camino iniciático" tiene una doble característica:
1º) Por un lado, una tarea individual e intransferible, trabajo interior que sólo lo podemos efectuar nosotros mismos, tarea que no se puede delegar en otro. La verdadera iniciación, la sagrada, se da en el campo de lo esotérico, es decir de lo interno, lo subjetivo, lo secreto, lo reservado a los iniciados. Desde este punto de vista somos arquitectos que trabajamos sobre la materia prima que somos nosotros mismos.
2º) Pero por otra parte no trabajamos en soledad sino interactuamos con nuestros Hermanos Masones integrando así una Hermandad, y por ende, conformamos una Fraternidad donde existe un vínculo que va más allá de la mera comunicación para hacerse una verdadera "comunión en espíritu". Nos llamamos Hermanos porque somos hijos de un mismo Padre ( Dios, el GADU) y por ende participamos de su naturaleza divina a tal punto que podemos decir que somos Uno en espíritu.
Extraído del libro :
La Masonería y sus Símbolos. Los Símbolos son Hechos del Alma
Capítulo: La Masonería iniciática
Autor: Alfredo Corvalán
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