Revista Cultura y Ocio

La Masonería, la Biblia y el calefón; 3ª parte

Por Mauriciojaviercampos @mauriciojcampos
La Masonería, la Biblia y el calefón; 3ª parteFuente de la fotografía: página del Frente Ateo Libertario en facebook
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La Biblia es una colección honorable, pero primitiva, de leyendas bastantes infantiles.
Albert Einstein
...y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia junto a un calefón.
Tango Cambalache
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Palabras previas
Preparando "La Masonería, la Biblia y el calefón", 3ª parte, encontré un ejemplar original de la Declaración de Massachusetts publicado por la Gran Logia en la revista El Nivel y la respuesta del G.·. O.·. F.·. A.·. en Verbum, ambos de 1944.
La declaración de la Gran Logia de Massachusetts sitúa a las Obediencias anglosajonas en su punto más bajo. Una declaración de principios tan contradictoria y dogmática y con expresiones tan desafortunadas como esta: La Francmasonería "es de carácter religioso porque enseña el monoteísmo, el Libro de la Sacra Ley está abierto en sus Altares durante toda Tenida, el respeto a Dios preside todas sus ceremonias, y siempre se imparte a los hermanos lecciones de moralidad; sin embargo, no tiene carácter sectario o teológico".

La conformación de la Gran Logia Unida de Inglaterra en 1813, la "excomunión" masónica del Gran Oriente de Francia a fines del siglo XIX, los ocho puntos de 1929 que ya no dejan margen para el disentimiento y este panfleto, se erigen como los factores excluyentes para todas las obediencias que ejercen la libertad absoluta de conciencia.
Otra frase lapidaria: "Con esta finalidad, enseña y defiende el culto de Dios..." Los ateos, los agnósticos y el resto de la diversidad no son personas aceptables. Excepto, claro, para las situaciones acomodaticias que estipule el poder para cada caso. Dentro de los estigmatizados estarían también, según los vaivenes de la época y de manera más o menos permanente, los pobres, las mujeres, los que carecen de poder político y/o prestigio social.
http://mauriciocamposmasoneria.blogspot.com/2010/11/la-masoneria-la-biblia-y-el-calefon-1.html
http://mauriciocamposmasoneria.blogspot.com/2010/11/la-masoneria-la-biblia-y-el-calefon-2_26.html
Documentos. I
Hace algunos meses publiqué la siguiente nota (1): Próximo a efectuarse el Encuentro Nacional del R.·. E.·. A.·. A.·. en Uruguay, adjunto este notable documento de 1941, donde el Gran Oriente Federal Argentino (2) le responde a la Gran Logia de la Masonería "regular" Argentina, fijando su postura adogmática y liberal y sus ideales político-sociales. Practicantes ambas Potencias del R.·. E.·. A.·. A.·., uno era netamente humanista en su aplicación, y el otro, confesional. Fue la Masonería uruguaya la que otorgó en el siglo XIX las Cartas Patentes para la fundación de la primera Gran Logia y el Supremo Consejo grado 33º de Argentina.
Dice el G.·. O.·. F.·. A.·. (3): "La Gran Logia de la Masonería "regular" Argentina, ha enviado a todos sus talleres una circular, de la que extractamos los párrafos siguientes.
"Como una contribución al claro conocimiento que todos los hermanos deben tener sobre los principios masónicos, transcribimos a continuación la declaración recomendada por la reunión de todos los Grandes Maestres de las Grandes Logias Estaduales de Norteamérica y promulgada por la Gran Logia de Massachusetts, que dice:
La Francmasonería es una sociedad caritativa, de benevolencia, educativa y religiosa. Sus principios son proclamados con la amplitud necesaria para que los conozcan mejor los hombres. Sus únicos secretos son su método de reconocimiento y su instrucción simbólica.
Es religiosa, porque enseña el monoteísmo; el volúmen de la Ley Sagrada está abierto sobre sus altares en cualquier momento que una Logia está en sesión; el respeto a Dios está siempre presente en sus ceremoniales, y a sus hermanos se le dirigen constantemente lecciones de moralidad.

Enseña y sostiene el culto de Dios, de la verdad y de la justicia, fraternidad y filantropía, y una inteligente y ordenada libertad civil, religiosa e intelectual.
Creyendo estas cosas, esta Gran Logia afirma su continuada adhesión a aquella antigua y probada ley de la Masonería que prohíbe la discusión, en reuniones masónicas, de credos, política, o cualquier otro asunto que puede excitar animosidades personales.
Y más: afirma su convicción de que no solamente es contrario a los principios fundamentales de la Masonería, sino peligroso para la unidad, fuerza, utilidad y bienestar de los cuerpos masónicos, tomar acción o intentar ejercer presión o influencia en pro o en contra de alguna legislación, o intervenir en cualquier elección o nombramiento de funcionarios del gobierno o influenciarlos en el cumplimiento de sus deberes públicos aunque sean o no miembros de la fraternidad".

Nuevamente el GOFA: "Definiciones anodinas, bandera blanca cubriendo contrabando de guerra, nos resultan los conceptos que para edificación de los buenos masones se nos transcriben.
Felizmente, la Masonería, no obstante la declaración pretendida de Massachusetts, no es este curato de la vereda de enfrente, caritativo, benevolente, religioso, que enseña el monoteísmo. La sumisión al altar, la hipócrita transigencia.
Algo conocemos de la vergonzosa historia de estos tolerantes señores, religiosos y apolíticos, que encantan a sus hermanos con aposturas de libertadores de la conciencia, pero que entregan la cultura laica de sus pueblos a manos religiosas y en la hora postrera, su alma a Dios, confortados con los auxilios de la Santa Madre Iglesia.
Pero, basta una mirada sobre el panorama del continente para saber lo que significa en atraso, en miseria, en dolor humano, esta defección de las huestes liberales, bajo el comando artero de quienes quieren que la Masonería no sea ni chicha ni limonada.
Nosotros, en cambio, seguimos afirmando nuestra recia posición de combatientes, de altivos herederos de una gloriosa tradición liberal que caracterizó a nuestro pueblo, a nuestras instituciones y a nuestros hermanos.
Frente a estas declaraciones que ni siquiera se condicen con el esfuerzo gigantesco que están realizando los Estados Unidos, y que en pugna con Mr. Roosvelt, parecerían inspiradas por Mr. Lindberg; frente a estas declaraciones, oponemos, las que a comienzos de este siglo, sin ir más allá, cuando en estos valles había varios Orientes y se sentía en el pueblo masónico, como en esta hora, la necesidad de unificar las fuerzas para lograr una acción eficiente, producían los Grandes Maestros, que no lo eran sólo por el cargo que desempeñaban, sino por el concepto liberal que sustentaban.
Al frente del Rito Azul, el contralmirante Howard, responde a una encuesta realizada por "La Cadena de Unión", diciendo: "La Masonería debe apoyar en los comicios electorales a los candidatos que convengan a sus intereses hasta apoderarse del gobierno por los medios legales que marca la constitución".
Quien así hablaba, era un jefe de la escuadra argentina y Gran Maestre del Rito Azul.
El hermano Julio Belin Sarmiento, Gran Maestre del Gran Oriente Argentino de Logias Confederadas, responde a la misma encuesta declarando: "Si por política ha de entenderse las múltiples cuestiones que requieren solución y que directa o indirectamente afectan a una sociabilidad, entiendo que la Masonería debe participar activamente en la lucha política. No hay que confundir, sin embargo, esto con la lucha entre partidos más o menos personales que tienden a sobreponer sus intereses y conveniencias. Si hubiéramos de prescindir de aquella política sana a que me he referido sería casi inútil la existencia de la Institución entre nosotros."
Y el hermano Carlos D´Amico, Gran Maestro del Gran Oriente Nacional del Rito Argentino -que a tanto se llegaba- con toda la autoridad de su prestigio de hombre público eminente, trazaba este programa: "No dejes nunca de cumplir tus deberes de ciudadano argentino. Concurre en todos los comicios a dar tu voto por el representante de las ideas masónicas, para que no te culpen de las miserias que puedan afligir al Estado."
En esa misma encuesta, participa también el hermano Agustín Alvarez, Gran Maestro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, cuyas ideas al respecto son conocidas, pues fueron divulgadas en libros famosos.
¿Para qué habríamos de seguir buscando en los archivos y en los recuerdos , las citas que se multiplican al infinito, apoyando nuestra posición?
La desinteligencia que nos separa subsiste. Es conceptual. Lealmente declaramos que habíamos confiado demasiado en un cambio de posición de la Masonería "regular" impuesto por el momento crucial que vive la humanidad. Quienes se cruzan de brazos, quienes toman la posición de cómoda prescindencia que exige la declaración de Massachusetts habrán sido iniciados y exaltados, ostentarán bandas y collares y grados, presidirán talleres y tendrán en sus manos la dirección del grupo masónico a que pertenecen, lo serán todo, menos masones fieles a la tradición de este país".
Documentos. II
La declaración de la Gran Logia de Massachusetts (4)
"La Francmasonería es una sociedad de carácter caritativo, humanitario, docente y religioso. Sus principios son ampliamente difundidos entre los hombres. Los medios de reconocimiento y de instrucción simbólica son sus únicos secretos.
Es de carácter caritativo en todo aquello que no signifique que esta Sociedad se haya organizado sólo en procura de beneficios y sus rentas no están destinadas a un objetivo personal sino que se dedican a promover el bienestar y la felicidad de la humanidad.
Es humanitaria porque enseña y exige el altruísmo como un deber.
Es de carácter docente porque enseña por medio de sus ritos y ceremonias ritualísticas un sistema de moral y fraternidad basado en la Sacra Ley.
Es de carácter religioso porque enseña el monoteísmo, el Libro de la Sacra Ley está abierto en sus Altares durante todo Tenida, el respeto a Dios preside todas sus ceremonias, y siempre se imparte a los hermanos lecciones de moralidad; sin embargo, no tiene carácter sectario o teológico.

Es una organización social, sólo en cuanto proporciona un estímulo más para que los hombres se reúnan en grandes núcleos y, por lo tanto, procurar haya más material para su obra fundamental de educar, de venerar y hacer la caridad.
Mediante el perfeccionamiento de la personalidad y el fortalecimiento del carácter del individuo, la Francmasonería busca y trata de mejorar la comunidad social. Así imprime en sus miembros, los principios de la recta justicia y de la responsabilidad personal, ilumina e instruye a los hermanos en cuanto a esas cosas que significan y constituyen el bienestar humano, y los inspira en ese sentimiento de caridad, de buena voluntad hacia toda la humanidad, todo lo cual los moverá a traducir en acción sus principios y convicciones.
Con esta finalidad, enseña y defiende el culto de Dios; la verdad y la justicia; la fraternidad y la filantropía; una ilustrada y bien dirigida (consciente) libertad ciudadana, religiosa e intelectual. Todos sus miembros están obligados a ser sinceros y leales al gobierno del país al cual deben obediencia y cumplir con las leyes de cualquier Estado donde se encuentren.
Cree que el logro de estos objetivos (finalidades) se alcanza mejor estableciendo una amplia base de principios, para que si los hombres que pertenezcan a cualquier raza, país, secta, o sostengan muy diferentes ideas, puedan unirse, antes que limitar esta misma base o plataforma en la que sólo tendrían cabida aquellos individuos de ciertas razas y de determinados credos u opiniones.
Teniendo fe en estos conceptos, esta Gran Logia declara su permanente adhesión a aquella antigua y consagrada Ley de la Francmasonería que prohíbe la discusión en las Tenidas masónicas, de credos, política u otras materias que puedan provocar personales animosidades.
Declara, además, su convencimiento (convicción) de que no solamente es contrario a los principios fundamentales de la Francmasonería, sino que peligroso para su unidad, fuerza, utilidad y bienestar, que los cuerpos masónicos ejerciten acción o intenten presionar o influenciar, en favor o en contra de cualquier legislación; o en cualquiera forma intentar conseguir la elección o designación de funcionarios del Estado, o influenciarlos, sean o no miembros de la Hermandad, en el desempeño de sus obligaciones. El verdadero masón actuará en la vida profana de acuerdo con su juicio (criterio) personal y los dictados de su propia conciencia".
Documentos. III
"Pasajes inmorales y crueles de la Biblia". (5)
"Si la Masonería se propone que sus adeptos huyan del vicio y practiquen la virtud, la presencia de la Biblia (no puede ser considerada) en los trabajos de toda Potencia o de las LL.·. que le están subordinadas. No puede ser considerada la Biblia como el libro que contenga exclusivamente dignos ejemplos de conducta, ni aún desde el punto de vista simbólico, porque esta contiene ciertos pasajes que revelan actos de crueldad, de injusticia, relatos de masacres, exhortaciones a la violencia, etc. además de groseros errores científicos que están en oposición en numerosos puntos con aquellos más ciertos e irrefutables de la ciencia contemporánea.
Entre los casos de inmoralidad y crueldad merecen citarse: en el capítulo XII del Génesis, Abraham, protegido por Jehová, explota en Egipto los encantos de su mujer, que él hace pasar por su hermana; en el capítulo III vers. 1 y 2 de las Profecías de Ezequiel, Dios ordena al Profeta Ezequiel que se comiera un libro y el Profeta se lo comió; en el capítulo IV vers. 12 y 15 de las mismas Profecías, también le ordenó que en expiación de los enormes pecados del pueblo de Israel, comiera todas las mañanas excrementos humanos, y como el Profeta se quejara de la crueldad del castigo, lo autorizó a que los reemplazara con estiércol de buey; en el capítulo I de las Profecías de Oseas se elogia a la prostitución; y en el capítulo III de las mismas profecías, vers. 1 y 2, a fin de poner a prueba hasta dónde llegaba el acatamiento de sus órdenes, le ordenó al Profeta Oseas seducir a la mujer de un amigo y el Profeta lo hizo.
¿Puede ser la Biblia el libro cuyo contenido sirva de ejemplar conducta?"
"Contradicción del uso de la Biblia para jurar, desde que ella lo prohíbe".
"En las Potencias simbólicas y las LL.·. de su dependencia en que se usa la Biblia, además de considerársela como símbolo de la revelación divina, se la utiliza para prestar juramentos sobre ella junto con la Escuadra y el Compás.
Es un contrasentido usar un libro sobre el cual debe prestarse juramento cuando el texto del mismo lo prohíbe. Se olvida que Cristo dijo con meridiana claridad "no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan sí, que sea sí, y cuando digan no, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno". (Evangelio de San Mateo, capítulo V, vers. 34 a 37).
Esta prohibición absoluta del juramento por Jesús El Cristo, que era según los creyentes, la encarnación del Verbo o Segunda Persona de la Trinidad, esto es el mismo Dios en forma humana, rectifica y enmienda lo que a Moisés le dio en el Sinaí. Por tanto, resulta que el juramento es evidentemente contrario a las enseñanzas de Cristo.
¿Cómo se concibe el uso para jurar de un libro que prohíbe el juramento?"
"La Biblia origina discusiones que deben evitarse"

"Siendo la Biblia el libro de determinadas religiones, con las cuales no todos están de acuerdo, naturalmente el libro despierta resistencia y se presta querellas o disensiones que siempre deben eludirse, ya que la Francmasonería ha de ser el centro de unión, y no puede unir lo que provoca -si somos sinceros con nosotros mismos- acentuada disparidad de opiniones.

El lugar de la Biblia es la Iglesia, en la que se reúnen los fieles de una misma confesión, y no en la L.·. porque nosotros como masones, no podemos tomar parte en ninguna doctrina religiosa. En efecto, en el capítulo VI de los Antiguos Deberes del Francmasón, contenidos en las Constituciones de Anderson de 1723, se establece la forma de conducirse "después que la L.·. ha terminado sus trabajos y cuando los hh.·. no se han retirado aún", en cuya ocasión están prohibidas las discusiones políticas y religiosas, porque pertenecemos a la religión universal, a todas las naciones, lenguas y familias y somos enemigos de todos aquellos que hablan de política porque es una cosa sobre la que no existe acuerdo y nunca lo habrá para la prosperidad de una L.·. Nosotros estamos obligados a obedecer la Ley Moral, a ser hombres buenos y sinceros, de honor y probidad, cualesquiera sean las denominaciones o creencias por las cuales se nos distingue.
Para precisar mejor el alcance de esa norma, en la segunda edición de esas Constituciones, de 1738, la regla concerniente a las cuestiones religiosas y políticas contenida en la referida VIª Obligación sufrió después una modificación convirtiéndose en aplicable a la L.·. , no ya "después que la L.·. ha terminado sus trabajos y cuando los hh.·. no se han retirado aún." Hay una evolución tendiente a evitar el temor de turbar la concordia que reina entre los masones cuando ellos se encuentran. Así ocurre también con las ediciones ulteriores y procurando la neutralidad religiosa y política de la Francmasonería.
Entonces la Masonería rehusa todo dogmatismo enseñando a buscar la verdad con toda independencia y no recurre sino a los buenos sentimientos comunes, abstracción hecha de las convicciones metafísicas particulares.
El culto fundamentel en Masonería es mucho más antiguo que la Biblia y lamentamos que muchas Potencias se hayan atado al código de religiones particulares de reciente data. No ignoramos la palabra escrita que, para nosotros, está muerta. El pensamiento vivo es lo que debemos aprender a evocarnos para hacer hablar a los objetos mudos. No se logra esa Luz con frases fijadas en las escrituras. Los procedimientos profanos no son los nuestros. Los adoradores de la Biblia lo han olvidado cuando sus prejuicios confesionales los han arrastrado a "profanar" la Masonería".
"No ha de excluírse de la Orden a determinados creyentes".
"El caso es que si para la admisión de hh.·. y LL.·. a las Obediencias Masónicas, deben trabajar prestando juramento sobre un Libro de la Ley -la Biblia- cuyo texto no comparten en nombre de la libertad de conciencia, cabe preguntarse, ¿debe la Masonería moderna componerse exclusivamente de creyentes de determinada religión?
Los anglosajones, consideran que, sin la fe en un monarca celeste que recompensa y castiga, el hombre no puede ser sino un "ateo estúpido y un libertino irreligioso", y por consiguiente, un indeseable en Masonería.
Más evangelistas los latinos -dentro de la corriente del G.·. O.·. de Francia- tienen confianza en cierta Luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Estos estiman religioso buscar la verdad sin ajustarse a previa resolución haciéndolo con toda sinceridad, conformándose a la enseñanza simbólica de la Masonería. Para ellos, el buen candidato iniciable es pensador que aspira a la Luz con todo el fervor de su alma, porque él tiene conciencia de hallarse en las tinieblas. Si él es momentáneamente ateo, él no es "estúpido" y si es intelectualmente libre, no se inclina menos ante la Ley Moral, en razón de su recta y buena voluntad.
¿Cuál de esas dos concepciones merece prevalecer en Masonería? Si es la segunda, seamos lógicos y reconozcamos que si ello fuere proclamado en nombre de la Masonería, no se adopta ningún dogmatismo.
La Asamblea Masónica que se abroga el poder de legislar económicamente, se comporta usurpadora, cuando ella dicta landmarks arbitrarios que no se circunscriben sino al estrecho dominio de su particularismo".
Bibliografía, notas y fuentes citadas:
(1) Artículo publicado en Francmasones, Red Social de la Fraternidad Francmasónica en internet, el 30 de Julio de 2010.
(2) El Gran Oriente Federal Argentino existió como Obediencia entre 1935 y 1956. Practicaba el Rito Escocés, pero aceptaba en su seno a grupos masónicos practicantes de Ritos distintos.
Suprimió de sus prácticas rituálicas la invocación al Gran Arquitecto del Universo y la colocación de la Biblia sobre el ara.
Justificó la primera de estas medidas, alegando que representaba una reafirmación del espíritu adogmático de la Masonería y de la plena libertad de conciencia. En cuanto a la supresión de la Biblia en los altares quiso significar respeto pleno a la libertad de los masones, ya que mientras los creyentes ven en el libro sagrado el símbolo de su ley moral, carece de tal carácter para los no creyentes, que también tienen abiertas las puertas de la Masonería.
(3) Verbum. Órgano oficial de difusión del Gran Oriente Federal Argentino - GOFA; 1944.
(4) El Nivel, Año II, Buenos Aires, mayo de 1944, Nº 14. Sección oficial, pág. 384. Órgano oficial de difusión de la Gran Logia de la Masonería Argentina del REAA.
(5) Verbum, Cuarta época, Año XVII, Nº 39, Bs. As., Nov. -Dic. de 1951.

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