Revista Diario

La maternidad aséptica no existe.... o no debe existir

Por Belen
La maternidad aséptica no existe.... o no debe existir Han pasado casi siete años desde que me enfrenté a las típicas dudas de crianza que te asaltan según te depositan a tu amado bebé en brazos. Dudas como, ¿debe dormir en su cuna o en mi pecho?, ¿debe quedarse en nuestra habitación o debemos pasarle a otro cuarto lo antes posible?, ¿lactancia materna exclusiva o le vamos dando algún bibe por si se queda con hambre?, ¿le cojo en brazos todo el rato o será malo para él? ..... esas preguntas que inevitablemente llegan a tu universo aún sin que tú, recién estrenada y novata madre, te las hayas planteado. 
Confieso que cuando yo me metí en todo este embolao poca idea tenía yo de bebés, alimentación, sueño, cuidados, crianza. Tenía algunas ideas preconcebidas, muy estúpidas por cierto. Ideas de esas que la sociedad te va imponiendo sin que tu te des cuenta. Por poneros un ejemplo de lo pavisosa que yo era en aquel entonces, me creía de verdad que si ponía en la cunita al bebé se iba a 'acostumbrar' a estar allí quietecito y que me limitaría a ofrecerle el pecho cada cierto tiempo, todo en plan muy cómodo y ordenado. Vamos que no pensaba yo en ojeras, días sin poder ducharme, falta de sueño, teta a demanda, sentimientos encontrados, ni en ese largo y denso etcétera que el puerperio te ofrece. Lo dicho, muy pavisosa. Pero es que cuando yo tenía veintitantos y me fijaba de refilón en la maternidad, eso era lo que te vendían, crianzas asépticas, poco problemáticas, de esas donde no te mojas, de esas donde hasta puedes ducharte y arreglarte. Y claro, a una chica de veintipocos la convences porque es todo como muy idílico. 
A día de hoy quiero pensar que las cosas han cambiado un poquito, y de eso tenemos mucha culpa las madres del 2.0, esas que nos hemos puesto el mundo por montera y nos hemos dedicado estos años a gritar a los cuatro vientos que la maternidad aséptica no existe, o mejor dicho, no debe existir. Madres que nos empeñamos en sacar nuestro lado más primitivo e instintivo para criar. Mujeres que no queremos renunciar a nada e intentamos, con mucho esfuerzo, abarcar diferentes ámbitos de nuestra vida, ya sea laboral, personal, sin menospreciar que somos madres, que queremos serlo y que desde luego no vamos a renunciar a ello porque vivamos en una sociedad donde se pretende que seamos hombres con útero, eso sí, por aquello de perpetuar la especie. 
Pero por desgracia, se siguen colando esos mensajes que me erizan el vello según los leo. Hace unos días en Twitter una mamá bloguera comentaba algo relacionado con trasladar al bebé a otro cuarto, y si hacerlo 'antes de que sea muy mayor y se de cuenta del cambio'. Entiendo que ese mensaje tan poco apropiado vendría de su pediatra o algún otro profesional que ofrecen consejos sin pedirlos. Ojo, no critico a los profesionales de la salud, por fortuna me he topado con muchos maravillosos y super respetuosos, pero seamos sinceros, este tipo de ideas no aparecen solas en la mente de una mamá, sino que se instalan allí cuando salen de la visita pertinente al Centro de Salud. Y sí, cada familia cría como quiere, y yo ahí no entro. Lo que no me gusta es ver a muchas madres cambiar sus ideas o sus métodos porque se lo ha dicho fulano o mengana.
No sé vosotros, pero yo estoy cansada de que se mire a los bebés como si fueran el enemigo público número uno. Tenemos hijos para criarlos, para amamantarlos, para tenerlos cerca, para amarlos. Y no para dejarlos en la guardería a la primera de cambio, sacarlos de nuestro dormitorio porque no podemos dormir, pretender que 'aguanten' (qué término tan horrible) toda la noche sin comer para que nosotras podamos descansar. Que a ser madre no nos obliga nadie, hay muchas opciones y todas muy buenas. 
Sí, esto es una rabieta en toda regla, me enfada mucho que siete años después se sigan filtrando los mismos mensajes, todos igual de absurdos, todos tan en contra de una crianza respetuosa, fijaos que no digo natural.... porque eso de crianza natural me suena a rarito y criar con respeto y amor no ha de tener nada de raro. 
Y me enfurece que no nos demos cuenta de lo importante que es la crianza de nuestros hijos. Se nos llena la boca porque queremos un mundo mejor, y bla, bla, bla.... pero ese mundo tan bonito que queremos sólo será posible si los niños de hoy son educados con amor, con valores, con empatía. Los niños de hoy serán los hombres y mujeres del mañana. A ver si de una buena vez nos vamos dando cuenta de la importancia de unos buenos pilares. 

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