Creo que todos y cada uno de esos momentos te han hecho una niña muy especial: eres una superviviente, ya os contaré otro día mi embarazo, que si no hoy no acabo nunca.. y me queda lo más importante por contar.
Has vivido junto a mí, la presión del "notrabajo", los ataques de ansiedad, el "noquererseguirenIbiza". He procurado que no lo sufrieras.
Todo el mundo que te conoce te recuerda por cómo arrugas la nariz cuando te ríes, por lo poco que lloras, por lo bien que comes ahora.
Pero, yo que soy tu madre, te quiero por muchas cosas, pero especialmente:
Por cómo te enfadas cuando no le puedes coger el muñeco a tu hermana
Por cómo protestas porque ya no quieres estar en el carro y quieres que caminemos juntitas
Por lo rápida que eres para quitarle las chuches
Por como te gusta recostarte sobre mi pecho cuando estás cansada.
Por cómo mueves las piernas cuando te acuesto
Por la sonrisa con la que me recibes cuando entro en la habitación a despertarte y allí estás sin decir nada.
Por ese genio que estás sacando, que ya viene mostrando tintes "vinagriles".
Por cómo sonríes cuando ves a tu hermana
Por cómo me echas los bracitos, después de un ratito sin verme.
Por cómo dices"teta"
Por cómo cierras la boca cuando no quieres la fruta.
Por cómo cada vez que ves a la tía Maite, te quieres ir con ella, aunque sólo un poquito.
Por la felicidad que irradian tus ojitos
Por la dulzura que desprendes cuando estás malita
Por todo lo que me aportas, y me enseñas.
Por la paciencia que tienes con tu hermana y conmigo
Porque ser la segunda, no es nada fácil.
Y a mí también me encanta cómo arrugas la nariz
Y porque por el mero hecho de estar ahí, haces que tengo que hacer un esfuerzo extra por la educación de tu hermana, y la tuya propia, porque como me decía una amiga ayer, Paciencia y acuérdate de la teoría del espejo... Y en eso estoy... Procurando daros la mejor educación, estando con vosotras, educándoos en valores, y sabiendo que cada uno de mis actos tiene consecuencias en vosotras...
Ya sé que no hemos pasado el mejor año de nuestras vidas, pero gracias a tí, he aprendido muchas lecciones: y principalmente, que no hay nada que merezca más la pena, que quereros cada día más, y que no hay trabajo en el mundo que merezca la pena que llegue a casa cansada, agotada y estresada y sin poder daros lo mejor de mí.
Y sólo decirte ya: FELIZ CUMPLEAÑOS... Gracias por todo lo que me has dado.
