Y hoy, más de un año después de mi primera participación en el AZ, escribo mi último post, mi despedida, decir adiós a un proyecto tan grande, que te ha dado tantas satisfacciones, es difícil, pero pese a ello, estoy feliz por todo el camino recorrido y, el q estoy segura, que aún nos queda por recorrer….
Gracias a este gran diccionario he investigado y descubierto más cosas sobre mí, como madre y como mujer, he compartido cada capitulo vivido con todas vosotras, porque para mí la vida se compone de capítulos, que empiezan y terminan, algunos muy bien, otros…. simplemente terminan.
He descubierto la gran responsabilidad que conlleva criar a un hijo, desde todos los aspectos, nadie nos dijo que fuera fácil y, no lo es, pero reflexionar sobre ello es importante y, poder compartirlo aún más, para sacar la fuerza necesaria para luchar cual karateka, por tus hijos, por su bienestar y, por supuesto, por el tuyo propio.
A veces, la paciencia desaparece y querrías escapar, no sabes dónde, pero lejos, muy lejos y gritar a los cuatro vientos ¡NO PUEDO MAS! y, entonces te das cuenta que lo más lejos que te has ido para desaparecer, ha sido al WC , el único lugar que de noche es solo tuyo y, digo sólo de noche, porque de día tienes siempre un acompañante que vigila tus movimientos… En ese mismo instante, haces memoria y sientes que en realidad, aunque a veces, te sientas atrapada, la maternidad te ha dado libertad, libertad sobre la educación de tu hijo, la organización de vuestro tiempo, porque ya no es la vida de otros, es la tuya propia y la de tus hijos.
Sentir esa ilusión en su carita, esas ganas de descubrir el mundo y querer que seas tú quien le ayude a hacerlo, es ese momento en el que me doy cuenta de lo bello que es y cuando sale de mi boca el mayor y mejor de los suspiros…. un suspiro de amor y orgullo hacia él.
Es cierto que soy una madre petarda, no lo voy a negar, estuve lamentándome cada segundo que duraron esas interminables obras, ahí fue cuando tuve que volverme zen o me volvería loca; llegué incluso a enfardarme y plantarle cara a los mocos de lo harta que me tenían, me he convertido en la reina de la ñapas de mi casa y me desesperé con su accidente, aunque a él no pareció molestarle, solo quería jugar, como si la escayola no fuera con él, me enseñó a ser realmente fuerte y plantarle una sonrisa a la vida. Y es cierto que yo sigo con mi dedal puesto, mi escudo ante las adversidades de la vida, pero cada vez me convenzo más, que él es el único que hace que todo esto sea tan guay, cada viaje es único, cada verbena una despiporre, porque el amor que siento por él es XXL.
Querido hijo, Gracias por hacer que la década de los 20 acabaran tan bien y por hacerme ver que esta nueva década está siendo y será mucho mejor.
Por último, quiero también agradecer a todas las que me habéis acompañado en este viaje, por estar ahí siempre, por ser como sois, pero, sobretodo a ti, Vero, porque sin ti nada de esto habría sido posible, porque gracias a ti, me he destapado, me he desahogado y he conocido a personas maravillosas, especialmente tú, con un corazón inmensamente grande y una bondad que traspasa fronteras.
Y aunque esto parezca una despedida, no lo es, seguiremos con este proyecto hasta el infinito y con todo lo que ello ha significado para todas.
¡¡¡¡OS QUIERO!!!!