Como estoy ñoñona y quiero (y necesito) ver todo aquello maravilloso en mi vida, todo aquello que es guay, y no hay cosa más guay que mi hijo.
Es guay cuando me da un sonrisa
Guay cuando se levanta de buen humor y se deja poner el uniforme sin protestar
Guay cuando consigue hacer lo que se propone
Guay cuando no me suelta un manotazo
Guay cuando me da un besazo, de los de verdad
Guay cuando ilumina su cara al ver a su padre entrar por la puerta
Guay cuando juega con las abuelas
Guay cuando me da un abrazo y me deja sin respiración
Guay cuando después de casi dos meses con la escayola, ha conseguido vencer todos los miedos y apañárselas tan bien que nos deja a todos boquiabiertos
Guay con cada progreso que hace
Guay por hacerme tan feliz
Guay por ser como es
Guay porque cada minuto a su lado es un regalo