Jugar, que bonita palabra y qué efímera…. ¿Cuántas de vosotras dejastéis de jugar hasta que llegó la maternidad? ¿En qué momento dejamos de interesarnos por los juegos?
Yo hacía años que no jugaba, cuando dejé de ser una niña, ya no quería inventarme “absurdos e infantiles” juegos, dejé mis muñecas, mis queridos pin y pon y mi invención fantasiosa abandonados para siempre (o eso creía yo).
De jovencita, me interesaban otras cosas que no voy a contar, porque me imagino que ya las sabréis de sobra, ni siquiera echaba de menos esos juegos, en los que imaginabas cualquier cosa, hechos simplemente con una caja de cartón.
Tampoco echaba de menos tirarme horas y horas con los juguetes inventándome historias, todo aquello pasó.
Pero entonces llegó mi hijo a devolverme la niñez, me vi de nuevo jugando, perdí esa vergüenza que me invadió en la adolescencia, ese miedo a hacer el ridículo y al qué dirán por ponerte a jugar y hacer el canelo.
Hacer el tonto en el suelo, hacernos cosquillas, inventarnos historias, a veces incluso me pongo con los legos más emocionada que él (bueno, a veces no, siempre) …. y todo esto acaba de empezar, todavía tenemos unos pocos años por delante para jugar y jugar.
Me he dado cuenta de lo gratificante que es jugar, y si es con él más aún, aunque mis energías se agotan rápidamente, disfruto de ello enormemente y pienso aprovechar esta vuelta a la niñez al máximo.
Gracias por devolverme este espíritu infantil y recordarme que nunca es tarde para volver a jugar y disfrutar haciéndolo.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure