Todos conocemos mejor o peor qué es el Karate, y quiénes son los Karatecas, unos luchadores, ¿no?
La vida es una continua lucha y,desde que se es madre, más aún, si cabe. Unas idas y venidas, unas subidas y bajadas constantes ,y hay que luchar por tus hijos y, por supuesto, por una misma.
Algunos ya sabréis que no están siendo mis mejores meses, una pérdida no es fácil, pero pasar por eso una segunda vez, lo es aún mas.
Este verano cuando pasé por este mal trago por primera vez se me cayó el mundo encima, jamás pensé que algo así podría ocurrirme y me costó mucho “estar bien” y la decisión de volver a intentarlo me animó.
Cuando por fin ese momento llegó (varios largos meses después) y dos semanas después de conocer mi embarazo volvía a pasar por lo mismo, me dije a mi misma que no lo volvería a pasar tan mal y, en cierto modo así fue. Yo ya tenía mi dedal, aquel que, como os explicaba hace unas semanas, me autoimpuse para luchar contra todas aquellas cosas que quisiesen hacerme flojear.
Pero con eso solo no basta, hay algo muy potente y dominante que tenemos muy cerca…. nuestra cabeza, y contra ella es muy difícil luchar y, hasta el dedal más fuerte puede flojear.
Por eso, hay que convertirse en un auténtico karateca, un auténtico luchador, para poder manejar nuestra cabecita y que no nos juegue malas pasadas.
Si, esta segunda vez ha sido diferente (en todos los sentidos), pero aunque yo pensaba estar afrontándolo de la mejor manera posible, no era así, mi cabeza y mis malos pensamientos, aquellos oscuros, me estaban invadiendo ¿Dónde estaba mi yo-karateca?, ¿Dónde se había metido? ¿De verdad quería seguir dejándome llevar?
Entonces un día, no hace mucho, por no decir menos de una semana, me di cuenta que en esta vida solo hay dos opciones : Estar bien o estar mal, y que cada uno decide como quiere estar. Así que decidí luchar como una karateca contra mi misma, y llegar a donde quiero llegar, que estar bien.
Relajarme con el tema del embarazo, un aborto, meses de búsqueda un poco agobiantes, otro embarazo y otro aborto…. ya está bien, mi primer embarazo fue de maravilla, así que si mi segundo hijo tiene que venir, vendrá perfectamente, pero no hay prisa, llegará cuando tenga que llegar, sin prisas, sin agobios.
Asumir que nunca superaré este tema, solo tengo que aprender a vivir con ello
Disfrutar de todo lo bueno que tengo, que no es poco.
Luchar cual Karateca cuando los pensamientos negativas me invadan
Retomar las cosas que me gusta hacer, como capoeira, por ejemplo, que lo dejé por no poner en peligro a un futuro bebé.
Saber darme cuenta de cuando estoy bajando para hacer un parón, respirar profundamente y coger fuerzas para volver a subir otra vez
Pero sobretodo, para sonreirle a la vida y disfrutar de cada momento, porque la vida no se detiene ni un solo segundo. Es normal que, ante algo horrible que te haya ocurrido, estés mal, hay que darse un tiempo, llorar lo que haga falta, pero, pasado ese tiempo, hay que retomar la vida y aprender a vivir con ello, luchando por no venirse abajo y correr el peligro de perderse tantas otras cosas buenas.