Revista En Femenino

La maternidad de la A a la Z: V de Vista

Por Felizenbrazos

Una semana más, estoy aquí, dispuesta a contaros algo que cambió en mi vida con la maternidad, una nueva palabra para el diccionario que inició Vero, de Trimadre a los 30 (felicidades por el cumple de ayer) y al que todas estamos aportando algo.

Y, siguiendo con el fregado de los sentidos, esta semana, mi palabra es VISTA.

Como siempre, la RAE tiene un montón de definiciones, si a alguien le interesan todas, están aquí. Yo voy directamente a las mías.

La vista es otro de los órganos de los sentidos, con el que percibimos las cosas, a través de las imágenes que entran por nuestros ojos.

Nunca he tenido una vista muy buena, de hecho, con 6 años me pusieron gafas y en el cole, se metían conmigo, ya sabéis, las típicas frases “gafitas, 4 ojos.”

Cuando empecé a salir con mis amigas, nunca lo hacía con gafas. Conclusión, pasé a ser una antipática. Y os preguntaréis, ¿que tiene que ver el hecho de no ponerme las gafas para salir con ser una antipática?; pues muy sencillo. Como no veía tres en un burro, me cruzaba con gente a la que conocía y no saludaba, ¡¡porque no los veía!! Ahí empecé a forjarme una reputación…. y decidí que había llegado el momento de empezar a ver por donde pisaba, con lo que me pasé a las lentillas. Pero mis ojos, tan finos y delicados como la dueña, nunca acabaron de adaptarse bien, así que se me ponían rojos….

Y llegó mi primera maternidad, que sí, que ya me he enrollado mucho. Y con ella, el no tener tiempo de nada, de arreglarme, de peinarme…. ¡como para ponerme las lentillas! Pasé a ir desarreglada y con las gafas todo el día. Y no es que usar gafas sea algo malo en absoluto, para nada. Pero a mí nunca me han convencido, siempre las llevaba sucias, llenas de huellas de deditos del príncipe. Nueva solución: la cirugía.

Uf, eso sí que me daría para escribir un post entero, la operación y todo lo que le rodeaba. Pero aquí, resumiendo, que me quedaron dos ojos muy chulos y que veían casi al 100%.

Y como sabemos que la maternidad te da súper poderes, te agudiza los sentidos al máximo, el sentido de la vista no iba a ser menos.

Ahora, veo en la oscuridad.  Me manejo de maravilla. Soy capaz de ir al baño por la noche sin encender una sola luz, para no despertar a la pequeña. Soy capaz de estar sentada escribiendo al portátil con la luz apagada, y dejándome los ojos en el teclado, porque no veo un pijo, jejeje, todo, por no despertar a la pequeña. La veo en la oscuridad de la noche, de un vistazo, se donde anda.

En cambio, en otros aspectos, he perdido un poco de vista. Porque ahora, no veo las manchitas del suelo o de la encimera de la cocina. Prefiero no verlas, hago la vista gorda, para aprovechar esos ratos en los que debería estar limpiando para estar con los niños.

También, cuando eres madre, la gente, de pronto, de un solo vistazo, parece darse cuenta de que necesitas consejos y se ponen a hablar y a decir tonterías, de esas que no dejan indiferentes a nadie. Pero vamos a ver, ¿tú me has visto bien? ¿Tengo yo pinta de querer tus consejos, esos que lo único que hacen es intentar tirar mis ideas, mi forma de criar, por los suelos? En este tema no vamos a entrar porque ya está suficientemente bien descrito en otras entradas de la maternidad y porque me encienden… Lo dejaré para otro post, que de esto también tengo mucho que decir.

Otras veces, se me empaña la vista, se me llenan los ojos de lágrimas. Esto pasa, casi siempre, con alguna nueva proeza de mis dos tesoros, con algo que dicen o que hacen, el orgullo de madre que no me cabe dentro. Y, con muchas de las entradas de este pedazo de diccionario, que hacen que se me ponga la piel de gallina, y no pueda apartar la vista de la pantalla del ordenador.

Desde que soy madre, ha cambiado también mi punto de vista. Antes, no entendía algunas cosas que hacía mi madre, como dejar de comerse algo rico para dárnoslo a nosotras. Y ahora, veo porqué lo hacía.  Ahora miro por mis hijos, todo por y para ellos, son lo más importante en este mundo. Y si algo no me cuadra, si alguien se interpone en su camino, ya estoy yo presente para quitar ese estorbo de su camino.

la foto

La maternidad de la A a la Z: V de Vista


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