WC, baño, aseo, servicio….. muchas son las palabras para nombrarlo, pero solo uno su significado : Cuarto para asearse y/o hacer nuestras necesidades… pero… ¿De verdad que solo tiene un uso, solo tiene un significado?
Para mí no.
Sentada en el water descubrí que estaba embarazada.
Durante el embarazo, hacía visitas contínuas, tanto que hasta pensé ponerme una almohadita y dormir directamente allí sentada por no tener que levantarme veinte veces durante la noche.
También durante el embarazo recuerdo aquellas duchas relajantes para terminar echándome la cremita en mi enorme panzota.
Sentada en el water rompí aguas.
Los primeros días tras el parto, el WC fue mi gran enemigo, no quería ni verle, aunque esa mala relación duró poco, pues a partir de entonces empezó a ser mi aliado.
Se convirtió en un lugar de desconexión momentánea, mi refugio temporal. Pongo la excusa de tener una emergencia y me escondo allí sentada durante unos minutos.
Cuando el peque empezó a caminar ese refugio se vió invadido…. solo por las mañanas cuando todavía todos duermen, el WC vuelve a ser mi refugio, solo para mí, sin miradas indiscretas, sin tener que estar pendiente de lo que coge, abre o tira a la bañera, es solo mi momento…..
Aunque reconozco que el momento que más disfruto, es cuando bañamos al peque, vamos los tres juntos y jugamos, cantamos, mientras el peque está en remojo, casi siempre lo hacemos así y me encanta.
En definitiva, el WC ha ido pasando y pasará por momentos de mi vida y no solo lo uso para bañarme, arreglarme y hacer necesidades, la maternidad ha hecho que para mí el WC tenga un uso y un significado mucho más amplio y es por ello que no podía faltar en mi diccionario materno.