Para la 13ª edición de mi DICCIONARIO FAVORITO he querido arriesgar con esta fantástica y "bien aprovechada" letra de nuestro alfabeto, la X, y todo gracias a Pichu, que ayer me dejó ojiplática cuando al preguntarle "¿qué habéis comido de segundo plato?", nos respondió "¡chichi!". Casi muero ahogada con el trozo de "chichi" que estaba masticando. Ya sé, ya sé... Estaréis pensando "¿Y bien? ¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad?" Fácil, muy fácil. Aquí va la eXplicación. Eso sí, aviso de que esta entrada no tendrá la estructura "AZ" habitual en mí, es decir: no hay definición (vamos, si alguien encuentra en algún diccionario las acepciones de LLÁMALO X que hable ahora o que calle para siempre), ni va a aparecer la palabrita de marras en cada párrafo del post, ni tampoco cada dos líneas. Así que hoy os pido un sencillo ejercicio de memoria: recordad que mi elección es LLÁMALO X porque desde este momento no vais a verlo escrito hasta que no acabe mi rollazo. He dicho.Retomando mi motivación inicial para decantarme por la X, os contaba que me vino a la cabeza en el momento en que Pichu pronunció la palabra "chichi". A ver, ¿cómo puedo decir esto sin que haya malas interpretaciones...? Nada, ¡a bocajarro! ¡Es que no puedo soportar esa palabra! Bueno, ni esa ni otras muchas palabras y/o expresiones tales como: momir, ¿está meno?, guau-guau (por perro)... y ese largo etcétera de lenguaje de bebé que adoptamos los adultos (¡ojo!, que conste en acta que esta vez no me incluyo) cuando hablamos con nuestros enanos. Creo que quizás es por el hecho de ser maestra, tener compañeras, maestras de infantil, que comentan lo "fatal" de hablarles a los niños así y en diminutivo, y haber tenido alumnos que con determinada edad aún usaban esas palabras en vez de las correctas. El caso es que supongo que por todo eso puedo decir que me parece estupendo que el mundo en general diga chichi en vez de decir filete, pechuga o cordon bleu, pero que lo diga Pichu... ¡Me da un ataqueeeeeerrrrrrrrr!Yo he intentado, en un esfuerzo eXtraordinario, deducir cómo sale la palabra "chichi" de "carne". Y éste ha sido el resultado: CARNE... carneCITA... CICIta... CHICHIta... CHICHI
O eso o alguien muy aburrido y con mucho tiempo (ese alguien, pues, NO era padre/madre) se dedicó a escribir una larga lista de palabros infantiloides con fonética pegadiza y a pasearse por los parques de medio mundo haciendo que funcionara el boca a boca
En realidad, mi gran trauma no viene con "chichi", que al fin y al cabo, ya ves, hablamos de un trozo de carne que muy posiblemente siga en el plato del retoño al que, en intento de un poco de "manoizquierda", su progenitor intenta venderle que está de muerte y lo hace endulzando el sonido. No. Mi gran trauma con las "bebepalabras" son los términos que se usan para designar al órgano genital femenino, la tan eXtremadamente desconocida: VULVA.Porque en el caso del órgano genital masculino, si los papis no queremos decir pene, como mucho tenemos: chufa, pilila o pito, con sus respectivos diminutivos y poco más. Luego ya, de mayores, y teniendo en cuenta la tendencia cochinota del género macho, su órgano pasa a tener más títulos nobiliarios que la Duquesa de Alba, pero esto ni es el caso que nos ocupa ni creo que merezca mucho más estudio: "es lo que hay".Pero si hablamos de la vulva... ¡Áaaaaaaaaangela Maríaaaaaaaaaaaaaaa! Es para ponerse a llorar de miedo con los nombrecitos que, vete tú a saber por qué eXtraña razón, les da por adoptar a las mamis modernas/papis modernos:
- Flor. ¿Perdón? Muero si pienso en un jardín con semejante flora, señores, y no entro en detalles (ni en el jardín).
- Palomita. ¿De la paz? ¿O de las que revolotean alrededor de las farolas por las noches, las primas feas de las mariposas? Y ¿dónde tiene el pico esa palomita? Dejémoslo, que prefiero seguir viviendo en la ignorancia.
- Pepita. ¿De qué? ¿De oro o de chocolate? En cualquier caso, no me quedaría con ninguna de las dos.
- Culete de delante (y culete de detrás). ¿Mande? Si gustan más, casi que a la próxima directamente utilizan una perífrasis verbal para nombrar cualquier parte del cuerpo. Mira, por la misma regla de tres, yo a los brazos a partir de hoy pienso llamarlos "piernas de arriba", ya veréis qué diver van a ser las clases de conocimiento del medio.
- Rajita. ¿Que al culo lo llaman "ojito"? ¡¡Por favooooooooooooooor!!
- Peseta. Vale, mi culo a partir de ahora no es culo, es euro. No, mejor dólar, más internacional y algo menos devaluado.
- Chichi. ¿Y ahora qué? ¿Seguro que queréis seguir llamando a la carne "chichi"? Yo iría pensando en darle un giro al asunto, corazones.
- Chumino. Lo siento, pero ¡no se puede ser más choni! No me digáis que éste no es especialmente feo.
- Figa ("La figa ta tiaaaaaaa!"). Muy "valencianote" y tal, pero no acabo yo de sentirme demasiado higuera que digamos (figa es higo en valenciano/catalán).
- Parrús/a. Éste está a la altura de "chumino"; comparten podium en chonismo de barrio.
- Patata. ¡Marchando un pincho de tortilla españolaaaaaaaaaaaa! ¡Oído cocinaaaaa!¿Pero estamos locos o qué?
- Chochete. La madre de todas las acepciones, la "más mejor" sin duda alguna, ya que traspasa lo puramente físico y anatómico y pasa a ser un nombre cariñoso con el que dirigirte a tu hija (emoticono de wassap de gritoooooo)... ¿Por qué? ¿A que a nadie se le ocurre decirle a sus hijos "¡vengaaaaa, Pene, Vulvaaaaaa, a cenaaaaaaar!"? Pues entonces, "te quiero chochete" tampoco mola mucho, ¿eh? Vamos, a mí no me haría ni puñetera gracia.
Bueno, y ahora poniéndome seria y hablando con el corazón en la mano... ¿Qué mensaje creéis que estamos transmitiendo a nuestros hij@s cuando en nuestra casa las palabras pene y vulva son tabú? ¿Por qué no podemos nombrarlas libremente y hemos de buscar eufemismos, a veces ñoños y empalagosos? ¿No pensáis que igual, en los casos en que hacemos tabú una palabra tan normal por vergüenza, tendríamos que cambiar el chip para que el mensaje que les llegue a nuestros hijos sea de normalidad hacia sus cuerpos, hacia su intimidad y hacia su seXualidad?
Dejémonos entonces de disfrazar palabras y ayudemos a nuestros hijos a tener un vocabulario rico y real, a madurar por medio del lenguaje, que ya bastante "deformAO" lo tenemos las actuales generaciones.Y, en todo caso y ante la duda, si no sabes qué nombre darle a algo por absurdo pudor o por ñoñería o por morriña porque tu bebé se hace grande, LLÁMALO X, que para eso fue concebida esta letra: para despejar incógnitas.Y... OHANA FOR EVERYBODY!! OOOH YEAAAAAAAAAH!CON M DE MAMÁ y X de miXta ( y de LLÁMALO X)