Revista En Femenino

La maternidad, ese bosque umbrío

Por Peineta

Hace días que veo el título de “ las sombras de la maternidad” por muchos blogs y la verdad es que es cierto que la maternidad tiene ese umbral oscuro, casi frío para mí muchas veces, vamos que hoy voy a escribir sobre las sombras alargadas y oscuras de la maternidad, esas que carecen de calor, alegría  y sol. Por supuesto este texto no es válido para hormonas de madres primerizas, que esperan el parto como agua de mayo ni aquellas madres recién paridas que acaban de entrar en el  nuevo mundo, puede ser contraproducente o tener efectos secundarios y una no está ahora para reclamaciones y abogados.

La primera sombra negra, que se alarga y toma forma en tu vida es el árbol del sueño, sí, a partir de ahora la luna será tu nueva sombra y tu nueva guía. Sé que hay casos excepcionales, pero desde el mismo día en que das a luz,  tu oído tendrá una percepción que ya la querría superman, que sí hombre que no va ver vuelo de mosca que se te escape. Ahora que quede claro que tu oído no irá coordinado con el resto de tu cuerpo. Es decir, tú oyes el llanto, la llamada, la petición (según la edad del churumbel), pero eso no significa que tus piernas vayan a ir al mismo ritmo  y levantarse con la misma agilidad las dos, tres, cuatro o seis veces que te hagan falta a lo largo de la noche.  Y la sombra se hará realidad al día siguiente en ese espejo grande, donde te acicalas para poder hacer frente a un nuevo día sin que nada deje al descubierto tus desvelos nocturnos. Es más, tendrás que entrar en esa pequeña habitación y mirar con una sonrisa dulce a su plácido sueño o besarle con alegría, a pesar de que ese ser sea la consecuencia de tu maltrecho cuerpo. Eso es amor de madre y lo demás tonterías.

Siguiendo caminando por el bosque de la maternidad, otro de los árboles que me hace más sombra que un rascacielos neoyorquino, es de la crianza, la educación, la formación de un ser humano. Como persona adulta y responsable o algo similar, tienes que consensuar junto a otro adulto el camino a recorrer de ese pequeñajo. Eres tu quien le va dar las herramientas y recursos para que en ese  largo camino que es la vida, él sepa superar sus sombras, sus obstáculos y construirse un futuro. No sé vosotros pero yo cada vez que lo pienso, busco un cobijo para refugiarme, si aún no soy capaz de tomar ciertas decisiones sin consultárselas a mi padre, estoy yo para decirle a alguien que está bien y que mal.

Saber limitar, controlar rabietas sin unirte tú a ellas, elegir que educación quieres para él,  y un largo etc.  que no hay sol que caliente esa sombra en 20 años. Que no hago más que pensar que en 5 años me toca lidiar con sus preguntas de colegio, deberes y es entonces cuando tu paciencia y tu sabiduría se merman. Tengo claro que la maternidad/paternidad  es una escuela de las duras, de esas que necesitas reciclaje, horas de reflexión, de diversión, de actividad física, vamos todo un doctorado en materia “vida”. No sé ustedes pero yo empiezo a tener problemas para sacar un sencillo aprobado.

Hay un árbol que siempre ha hecho sombra en el ser humano, pero es cierto que dependiendo del carácter de la persona tiene un tamaño  diferente  y no es otro que el  de los sentimientos. Cuando la maternidad entra en tu vida cambias un ciprés por un sauce llorón. No me creen??? Yo me considero una persona sensible, pero desde que me quedé embarazada la cosa ha llegado a la hipérbole. No puedo ver ni una película, serie, noticia o anuncio donde el protagonista sea el dolor o sufrimiento de un niño, antes tampoco podía pero por lo menos cuando lo veía no lloraba cual alma desgarrada. No hay sufrimiento o dolor de mi hijo que sienta doblemente,  por no decir que no sirvo para enfermera suya, se me nota que estoy sufriendo más que él. Pero lo mismo pasa a la inversa, es decir en el sentido positivo. Como se puede querer tanto a alguien y con tanta fuerza, por encima de todo, a pesar de que te deje sin dormir, te haga correr como un galgo, gritar, te ponga a prueba con las matemáticas y te haga reír y soñar como nadie. Porque ese sentimiento de “por mi hijo MA-TO”, cada día empieza a ser más creíble para mi maltrecho corazón. Creo que es entonces, en algún momento perdido de esa sombra cuando puedo entender a algunas suegras, pero sólo durante un escaso minuto ehh! que conste, es su hijo y esa de la calle ha venido a llevárselo, sin tener que haber trasnochado, ni hecho deberes y haberle puesto trescientas tiritas incluidas las del corazón.

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“Que tu sombra sea un árbol” por la Iustradora Patossa.com

Cuando me pongo a analizar tan drásticamente la maternidad, es cuando comprendo a la gente que no tiene hijos, porque señores esos pequeño bajitos, son únicos pero también hacen que esa unión de dos, ese reino especial nunca vuelva a ser lo mismo y respeto que haya gente que no quiera prescindir de ese reino, incluso en algún momento de desvelo nocturno les envidio. Eso sí, también entiendan que cuando les decimos que tener un hijo te cambia la vida, no es una película del oeste, sino todo una filmografía completa compuesta por todos los géneros posibles, que te queda de legado pero que te toca protagonizarlo y no como artista invitado precisamente, y eso señores, ese es un papel de un precio incalculable.

Después de tanta reflexión cualquiera me convence de poner otro prota más en la peli, pero nunca se sabe a veces el calor caliente mucho y una sombra doble se agradece no?? Siempre encontraré una linterna de apoyo, o eso espero…

PD: está claro que las noches en vela cuando los virus rondas las casas , son horas de reflexión y sinceridad, por lo menos en mi caso, ayer fue uno de esos y estas líneas son simplementes desvarios de una madre perdida en un bosque.


Tagged: dormir del tirón es un lujo, la dificultad de criar, las sombras de la maternidad, miedos y dudas
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