Revista Cultura y Ocio
Detrás de una portada hermosa con diferencia, se encuentra una fabula para adultos, sin moraleja explicita, y si mucha metáfora, quizás este libro a muchos le haya resultado indiferente e incluso no les haya gustado por no tener un mensaje explicito. Además de una lectora voraz, soy una apasionada de la escritura. La metáfora es una de las armas que manejo con soltura, y tiene una ventaja y es que generalmente la historia queda bonita, y una desventaja no todo el mundo es capaz de ver que hay detrás del texto y se queda en eso en un texto dotado de hermosura.
La mecánica del corazón, habla de amor, de desamor, de celos, de posesividad, o egoísmo, de corazones duros, y de otros dañados, de la confianza, de la falta de ella, y la excesiva credulidad y del escepticismo mas exarcebado y todo ello en un cuento en el que cuesta mucho de entrar y hacia mitad parece no avanzar porque sienta los cimientos de esa metáfora que se desvela con un final a mi entender un tanto apresurado, que es el que debía ser, porque no todos los cuentos son de color de rosa, y no todos los finales son perfectos.
Empecé el libro en infinidad de ocasiones y la ampulosidad de su retorica al principio, así como la excesiva fantasía, hacían que lo cerrara cuando sólo llevaba leídas cuatro o cinco páginas, sin embargo cuando me adentre en la metáfora devore las páginas, era incapaz de cerrarlo y me robo unas cuantas horas de sueño. El comentario que más he leído por los blogs es que no se creían la historia de amor de Miss Acacia y litlle Jack, yo puedo dar fe de que hay parejas de ese tipo, que no son tan extrañas, y que es ahí donde esta el peso de la historia y de la metáfora, hay fragmentos de una belleza inusitada.
Ella me pregunta si mis sentimientos podrían variar en caso se sustitución del reloj, o si simplemente se trata de un procedimiento mecánico. Una extraña malicia ilumina su voz, todo eso parece divertirla demasiado. Yo le respondo que la mecánica del corazón no puede funcionar sin emociones, sin aventurarme más allá, de todos modos, en este terreno pantanoso
Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación más fuerte de lo común. Los resplandores que produce Miss Acacia al cantar son los estallidos de sus propias fisuras. Es capaz de proyectarlos sobre el escenario, pero en cuanto la música se apaga, pierde el equilibrio. Aún no he descubierto que engranaje tiene roto.
El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como una piedra. Por mucho que pruebe mil combinaciones en forma de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en la puertas de su misterio. Sin embargo, ¡me gusta tanto hacer crujir esta concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parecen decir ¡Sopla!. El sistema de protección volando en dulces pedazos.
Podría rescatar muchos más fragmentos que me han impactado, pero los reservaré para mis perlas de la literatura, la lectura de este libro me ha reafirmado en el convencimiento de que no esta hecho para todos los públicos, como no es un libro para todos los públicos Firmin, o Seda... no todo el mundo es capaz de leer entre líneas, y no a todo el mundo le gusta no tener explicita la idea del libro. Sin embargo es una pequeña joya, o un perfume caro que viene en frasco pequeño y bellamente tallado, para disfrutarlo a pequeños sorbos una y otra vez, recrearse en la belleza de sus figuras literarias y para reflexionar sobre ese músculo dueño de todas las emociones que nos embargan, que goza y sufre a partes iguales, que es capaz de llegar al éxtasis y de morir de dolor, que a lo largo de nuestra vida amorosa sufre roturas y miles de cicatrices que lo endurecen, al que adornamos con miles de capas y conchas con combinaciones imposibles que sólo determinadas personas son capaces de romper.
Es un libro aconsejable para todo el mundo porque a quien no le han roto alguna vez el corazón. Quien no ha perdido un amor por no actuar de forma certera... Quizás el único pero sea ese final en el que se descubre la mecánica del corazón y que a mi me ha sonado un tanto apresurado, y posiblemente aunque conozco algunas Acacia, no las he sabido comprender nunca, y tampoco me he sentido afín al personaje. El pequeño Jack me ha enternecido mucho más.