
Estos días se están celebrando en Dublín y en distintos puntos de Irlanda, los cien años de un hecho tremendamente importante en la historia de ese país, el acontecimiento denominado Alzamiento de Pascua, que se produjo, más o menos, entre el 24 y el 29 de abril del año 1916.
¿Qué pasó en ese momento y porqué es tan importante este acontecimiento para la historia de Irlanda? Antes de responder a esta cuestión, pongámonos en situación.
Nos encontramos en una Europa inmersa en la I Guerra Mundial (1914-1918). Reino Unido es uno de los principales contendientes en ese conflicto. Su gran Imperio repartido en diferentes continentes y su enorme ejército, convierte a esta nación en una de las principales potencias a nivel mundial en aquel momento.
Una parte del Imperio Británico lo configuraba la isla de Irlanda, territorio que, a pesar de haber vivido diversos intentos de desligarse del dominio británico a través de varios levantamientos militares e insurrecciones, estuvo ocho siglos bajo el dominio del Reino Unido.
En el año 1916, cuando la mayor parte del ejército británico se encontraba en los escenarios bélicos de la I Guerra Mundial, fue el momento idóneo para varios colectivos del nacionalismo irlandés para hacer un nuevo levantamiento militar para exigir la independencia de Irlanda.
Para ello, los miembros de estos colectivos nacionalistas se encierran en la Oficina General de Correos de Dublín, considerado uno de los símbolos de poder del Imperio Británico en Dublín, se constituyen como Gobierno provisional y proclaman la República Irlandesa.
Este levantamiento sufrió errores graves de estrategia y preparación previa prácticamente desde que comenzó, y ello fue el motivo de su fracaso a los pocos días de iniciarse.
La respuesta británica ante este hecho fue realmente muy represiva, pues, en primer lugar, el levantamiento acaba después de un tiempo de lucha, en el que se detiene a los insurgentes, se les condena a cadena perpetua en prisión a gran parte de ellos, y 16 de ellos (la mayor parte de los líderes) fueron finalmente fusilados, de acuerdo con las penas de muerte que se les impusieron por su participación y liderazgo en el alzamiento.
Supongo que el Imperio Británico esperaba que a nadie en su sano juicio se le volviese a ocurrir hacer nada parecido, ni mucho menos seguir pidiendo la independencia de Irlanda. Pero, para su sorpresa, surgió el efecto contrario, ya que la población irlandesa, que, en general, ya estaba bastante harta del trato que recibía por parte del Imperio Británico antes de este hecho, acaba por simpatizar con la causa nacionalista.
Lo que muchos años antes del Alzamiento de Pascua de 1916 era un fenómeno minoritario, muy vinculado especialmente a ciertas élites intelectuales, la excesiva represión de este hecho por parte del Imperio Británico, convierte a la causa nacionalista en una causa mayoritaria en la población irlandesa.
Por este motivo no es de extrañar que un partido nacionalista como el Sinn Fein (que significa algo así como “Nosotros mismos”), que anteriormente era un partido muy reducido, acabe ganando las elecciones en Irlanda al Parlamento Británico en 1918 por una aplastante mayoría.
Sobre como continúan estos hechos, sobre la explicación de asuntos relacionados con este hecho y que no se han desarrollado demasiado en esta entrada, o las cuestiones de este tema que susciten el interés de quien lea esta entrada, espero poder narrar todas estas cuestiones en próximas entradas, solamente aquí, en este blog, en De Barbas y Boinas. Yo soy Simón de Eiré y espero que te haya gustado la presente entrada, además de las pasadas entradas, y con ánimo de que también gusten las que están por venir. Un saludo.
Simón de Eiré

