La medicina natural como fuente alternativa de curación es un tema que durante las últimas décadas se ha popularizado en muchas partes del mundo. De hecho, según datos de La Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que las hierbas naturales son la medicina principal de dos tercios de la población mundial, dato sorprendente que equivalente a unos cuatro mil millones de personas.
Entendemos como medicina natural el conjunto de prácticas que desisten del uso de la de la medicina tradicional occidental. Y, que sin lugar a dudas es un concepto muy amplio que permite tratar una gran variedad de medicinas complementarias y alternativas como: la medicina herbaria, suplementos dietéticos, homeopatía, acupuntura y muchas otras medicinas naturales.
Claro, no podemos negar el notable avance científico que ha tenido la medicina moderna durante el siglo pasado y en la actualidad. Ejemplo de ellas son los efectivos antibióticos, el descubrimiento de la penicilina, las diversas vacunas, las tomografías; radiografías entre otros avances médicos. Muchos de los cuales han ayudado a mejorar la salud y prolongado un poco más la perspectiva de vida de millones de personas.
Pese a ello, la medicina moderna y la industria farmacéutica también ha demostrado ser también un agente perjudicial para las personas; ya que esta supone prácticas invasivas y peligrosas para el organismo que no sólo contribuyen a mejorar la salud; sino que además pueden generar otros daños en la persona. Y, que se puede decir de los muchos medicamentos y pastillas de la industria farmacológica, los cuales se producen a través de la combinación de variadas sustancias y demás elementos químicos que muchas veces no son sanos para el organismo. Trayendo como consecuencia contraindicaciones y la nueva aparición de otros males e inclusive el poder generar adicción en la misma persona; lo cual a su vez requerirían de nuevos medicamentos para su tratamiento. Debido a ello podríamos decir que la medicina moderna ha resultado ser un arma de doble filo.
Ahora bien, la medicina natural tradicional hace uso de prácticas, creencias y conocimientos naturales como plantas, animales; además de técnicas manuales que buscan mantener la salud de la persona. Los cuales no son tratados con productos químicos, conservantes ni agregados que puedan dañar la salud de manera secundaria, la cual la hace muy interesante y una buena opción para quienes tienen poca tolerancia a los fármacos.
Claro, la medicina natural también tiene sus riesgos y no solo porque esta se fundamente en conocimiento empírico, en contraste con el rigor científico de la medicina moderna convencional; sino más bien porque que hay que ser cuidadoso con el uso y aplicación que se les den a estas prácticas, ya que pudieran ser engañosas o inclusive hasta totalmente falsas o mal aplicadas por parte de algunas personas inescrupulosas que solo buscan ganar dinero engañado con “supuestos tratamientos naturales efectivos” para mejorar la salud.
Pese a ello, actualmente en muchos países; profesionales de la medicina teniendo en cuenta lo costoso que pueden ser algunos tratamientos modernos, han comenzado a tener en cuenta alternativas de tratamientos naturales que los doctores del pasado recomendaban a sus pacientes, muchos de los cuales hoy día siguen siendo tan efectivos como en el pasado e inclusive hasta más que los propios productos de laboratorio y con la ventaja de ser a la vez económicos y no tener tantas contraindicaciones.
Así pues, todos los seres humanos deseamos gozar de buena salud. Y tanto la medicina natural como la convencional se fundamentan en un mismo propósito u objetivo innato al hombre, que lo hace buscar una manera de encontrar la salud para sí mismo a través de la medicina. Depende de cada uno de nosotros decidir de manera personal cual aceptaremos.