Un equipo de psiquiatras de Hospital General de Massachusetts realizaron un estudio y han descubierto que ejercitar la meditación provoca grandes cambios en el cerebro. Lo que quiere decir que algo que se considera de carácter espiritual puede afectar a la parte física de nuestro ser, mejorando nuestro bienestar y nuestra salud. Dicen dichos profesionales en una publicación de la revista científica Psychiatry Research que con un plan de meditación de dos meses se pueden provocar importantes cambios en algunas regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la empatía, el estrés y la autoconciencia.
La meditación ha venido practicándose desde hace 5000 años tanto con fines espirituales, de salud o religiosos. Hay varios estilos o tipos de meditación. Esta demostrado que la práctica continuada de alguno de esos estilos aumenta el coeficiente intelectual y mejora la memoria. Otros aportan distintos beneficios para la salud física y mental, aliviando el estrés y bajando la presión sanguínea.
Con la meditación se consigue la armonía interna
La meditación te calma cuando te sientes desbordado, inestable, o cerrado emocionalmente. Te purifica y te nutre desde dentro. Te hace sentir entero, íntegro. Te motiva y hace que tomes conciencia de la realidad presente.
En la situación anímica en la que nos podemos encontrar después de un proceso de separación, ruptura o divorcio nos puede resultar una buena terapia la práctica de un tipo de meditación que nos ayude a superar esa situación.
Beneficios de la práctica de la meditación:
- Tu ansiedad disminuye
- Tu estabilidad emocional mejora
- Tu creatividad aumenta
- Tu felicidad aumenta
- Se desarrolla tu intuición
- Logras tener claridad mental
- Logras paz mental
- Los problemas se vuelven pequeños antes de llegar a ti
Por lo tanto, la meditación es una muy buena medicina natural para ayudar a sanar de esos sentimientos tan duros de los que se sienten cuando estás pasando por el dolor de una ruptura.
En una situación de ruptura de pareja nuestra mente esta cargada de pensamientos negativos, de reproches, de ira o de dolor. Cuando nos sentamos a meditar y enfocamos la atención en el asiento del alma empezamos a aquietar nuestra mente. Llegamos a estar en paz con nosotros mismos, y los problemas que nos rodean y los pensamientos que nos machacan la mente dejan de perturbarnos. Al meditar con regularidad, se desarrolla una concentración sostenida. Este aumento en la concentración, como la reducción del estrés y la tensión, la energía renovada, la mejora en nuestras relaciones, ayudan a que tengamos otra visión de las cosas y los problemas que nos afectan. Veremos las cosas desde otro punto de vista muy diferente.
Cómo meditar
Para obtener los beneficios de la meditación, es necesario meditar regularmente. . Una vez que se ha fusionado en la rutina diaria, la meditación se vuelve la mejor parte de tu día.
La Postura: Debemos sentarnos de forma que estemos cómodos, pero con la espina dorsal recta, la pelvis hacia adelante, la cabeza levantada y con la nariz levemente baja. Las manos sobre los muslos o con la mano izquierda sobre la derecha y los pulgares tocándose, todo reposando sobre el regazo. Los ojos pueden estar cerrados o abiertos concentrando la mirada fija en un punto.
La Respiración: La respiración se debe hacer por la nariz, controlando el ritmo. La inspiración debe ser a ritmo normal y la expiración más lenta. Lo ideal es inspirar contando hasta 4 y exhalar despacio contando hasta 8.
Cuando Meditar y Cuanto tiempo: El mejor momento del día es por la mañana a primera hora. Si bien al atardecer o la noche también es apropiado. Debe procurarse alejar la meditación de las comidas para evitar que coincida con la digestión. No estaría nada mal hacerlo dos veces al día, tanto por la mañana como por la tarde-noche. En cuanto al tiempo de meditación, cuanto más mejor, pero mínimo debe ser 20/30 minutos.
La Mente y los Pensamientos: Cuando meditemos debemos esforzarnos por mantener nuestro pensamientos cotidianos alejados. Intentar mantener la mente en blanco. Concentrarnos en nuestro cuerpo y en nuestra respiración nos ayuda a no pensar en nada. Si nos asaltan pensamientos volvemos a concentrarnos en nuestra respiración y dejamos que esos pensamientos se alejen o fluyan sin permitir que se queden en nuestra cabeza.
El Ambiente y el Entorno: Eligiremos una estancia tranquila, donde no hayan interrupciones y si es posible libre de ruidos y distracciones. Si elegimos meditar al aire libre buscaremos un sitio que nos aporte tranquilidad ( la costa, el mar o la montaña, un parque, etc.).
Empieza hoy mismo con asiduidad y en pocos días empezarás a notar los beneficios en tu cuerpo y tu mente.