No gastes otro carrete del tiemposin poner esta medusa en la garganta del niño.Lo torturará por siempre,Pero el veneno en su sangre lo librará del peligro.
Cuando la hayas sembrado,Léele el cuento del guerrero de piedra,De las princesas que se convertían en monstruosSi tomaban la píldora de las ideas,Se defenderá del ultraje de caballeros torcidos que lo pretendan,y a los salvajes del bosque podrá confinarlos a los desiertos,y si es uno de los anteriores, que la medusa extiendafilamentos de venganza hasta las cavernas de su cráneo.
Es nuestra obigación plantarla, y ya verás que muy prontoEl rojo habrá inundado al verde y al blanco.
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