Hoy me gustaría haceros una recomendación gastronómica que recuerda los orígenes y la tradición de la capital. Se trata de la taberna “El Mollete”, localizada en la céntrica calle de La Bola, muy cerca del Palacio Real.
El establecimiento es humilde y pequeño. En su interior podemos apreciar el espíritu de una taberna, con las paredes de ladrillo visto presente en todo el local y una gran barra, perfecta para tomar algo acompañado de sus deliciosas tapas. Tiene un nivel superior a modo de buhardilla en la que se encuentran mesas dispuestas para dos comensales. El servicio es fantástico, los camareros atienden con rapidez, diligencia y con mucha amabilidad, un detalle muy a tener en cuenta y que dice mucho del sitio. Tal vez la ausencia de una lista de precios o menú con los platos que ofrecen sea una carencia, pero creedme cuando os digo que la relación calidad, cantidad y precio es muy buena y consigue que ese detalle quede en un segundo plano.
Es importante, si vais a cenar, reservar con antelación por temas de espacio. Me llamó mucho la atención las fotos en las paredes, llenas de personajes famosos que visitaron este pequeño rincón castizo. La especialidad de la casa son los buñuelos de langostinos y huevos rotos, todo casero. Os aseguro que os chuparéis los dedos.
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