La alimentación de nuestro cachorro es uno de los aspectos más importantes para que goze de una buena salud a lo largo de su vida. Existe hoy en día en el mercado una amplia oferta de piensos, preparados con todos los componentes imprescindibles para darle una buena alimentación, sin necesidad de tener que recurrir a prepararles comida casera, ni mucho menos a darles las sobras de nuestra propia comida, cosa nada recomendable.
Piensos hay muchos, de diferentes marcas, con los componentes principales distintos, los hay especiales para cahorros, especiales para las diversas razas, para perros "de la tercera edad", para perros con problemas específicos, como por ejemplo obesidad, o alergias etc...
Y ¿cuál es el mejor pienso que le puedo dar a mi cachorro? la respuesta es muy sencilla, el que más a gusto se coma. De entrada, evidentemente, debemos ser nosotros quiénes elijamos una marca específica y una gama de calidad. Hasta el año de edad aproximadamente y dependiendo de la raza deberemos elegir un pienso especial para cachorros y a ser posible, de gama alta o premium. Si queremos cambiar de pienso, debemos hacerlo de forma progresiva, mezclando el viejo y el nuevo durante unos días ya que un cambio repentino le puede provocar problemas gastrointestinales y diarreas.
Pero no todo es el tipo de pienso que le demos para comer, también es muy importante para nuestro cachorro cumplir una serie de pautas que contribuirán tanto en su educación como en su bienestar.
Los cachorros deben comer, al menos hasta los 6 meses, la dosis diaria de comida repartida en tres veces, y después de adulto, repartida en dos veces al día. Es importante darles la comida siempre a la misma hora, con un margen de 1 ó 2 horas, por ejemplo entre las 8 y las 10 de la mañana, la 1 y las 3 del mediodía y las 8 y las 10 de la noche. Un perro sano funciona como un reloj y comiendo siempre a las mismas horas será mucho fácil controlar cuándo hará sus necesidades y podremos organizar con mayor facilidad los paseos.
Nunca se les debe dejar la comida puesta todo el día en su plato y permitir que coma a su antojo, el cachorro descontrolará los horarios en que hace sus necesidades, y nosotros no controlaremos nuestro liderazgo frente a él. Además, puede correr el riesgo, en un futuro, de padecer obesidad.
Hay que enseñarle a comer como es debido, el perro siempre debe comer después de haber comido nosotros. Se le sirve la comida en el plato y si se hace el remolón se le retira a los 10 minutos ¡sin compasión! hasta la siguiente toma, de esta forma aprenderá a comer sin entretenerse. Un buen truco para que el cachorro coma enseguida es que nos vea "comer a nosotros de su plato". Por supuesto que no lo vamos a hacer, pero se le puede engañar fácilmente. Al colocar el pienso en el plato, tendremos preparado al lado unos cuantos frutos secos, galletas o cualquier otra cosa que cruja al masticarla y junto al cachorro, sin mirarlo en ningún momento, nos lo iremos comiendo con toda la calma del mundo. Al cuarto o quinto bocado terminaremos de comer y le pondremos el plato en su sitio para que coma él, seguro que no deja ni una bolita de pienso.
Otra norma importante es no darle nunca comida nuestra mientras estamos en la mesa. Al principio, cuando son cachorros puede hacer mucha gracia, pero es una mala costumbre que luego cuesta muchísimo quitársela y también es probable que empiece a rechazar el pienso.
Cumpliendo estas sencillas pautas conseguiremos educar a nuestro cachorro en sus hábitos alimentarios y en su comportamiento en general.
Cómo educar a un cachorro