.. pueden ser intencionadas al reproducirlas para solucionar problemas fronterizos y enfermizos - Capítulo 1 -
Por humanidad y sacar del pozo sin fondo al vecino que se ahoga cada día en un bucle entre la crispación, la impotencia, el miedo y el hambre, ahora toca dar una muestra de lealtad institucional y ayuda solidaria con el vecino país que la necesita, sin atisbo alguno de arrogancia al igual que lo ha hecho en otras ocasiones cuando la naturaleza se ha cebado con Haití, y siempre ha sido la República Dominicana la primera que ha respondido a las necesidades más perentorias, a la que nos referimos ahora y como la única que en estos momentos de incertidumbre puede prestar auxilio, demostrando a ese núcleo duro de gobiernos que deciden los destinos del mundo, cómo existen otros recursos para paliar o solucionar problemas que nunca fueron fronterizos, empezando por mirar cara a cara a su homólogo extendiéndole sus manos en señal de colaborar en un rescate necesario, lo que redundaría sin duda en un agradecimiento plausible por haber dado un paso tan valiente que es digno de ser alabado por cualquier persona que se compadece de la problemática que viven los haitianos, que seguro no se negarían a recibir sin reservas el proyecto de una fusión o una invasión consentida a través de las urnas, en las que no harán falta que se firmen pactos previos a la tan ansiada consulta, que rubricaría el deseo inalienable de una supervivencia y el alcance de objetivos de bienestar que no pueden frustrarse por la terquedad de unos y de otros.
Es una necesidad imperiosa, al menos detectarla como una precaución natural mantener la temperatura de un clima exento de alarmismos y desconfianzas, máxime cuando hay políticos dominicanos y haitianos que recuerdan como pretexto y saña mágica hacer aparecer cuando conviene la cita de Hillary Clinton : " No puedes tener serpientes en el jardín y esperar que solo muerdan a tu vecino ", lo que nos haría contradecir esa aseveración incomoda que por ese razonamiento no pudiera haber intención de deshacerse cuanto antes de esos reptiles, algunos muy venenosos que impedirían entenderse a los gobernantes, para intentar construir un paraíso caribeño grande, unido y más seguro que inicie el camino de un futuro prometedor que debería entusiasmar a quienes tengan confianza en si mismos, aspirando a que la mejor solución ilusionante entre todos es prestarse a construirlo sin sumisión y sí con orgullo y mucho coraje, entendiendo que sin unión no hay fuerza y sin fe no hay Dios, patria y libertad.. que la proteja.
Dicho lo anterior y por empezar a incluir un ejemplo negativo de lo que no es recomendable hacer en la geopolítica de estrategias, empezaremos por resumir algo de la historia para entender mejor la propuesta que haremos más adelante, para después del preámbulo, demostrar que hay caminos equivocados, otros con trampas que aparecen en unas sendas serpentinas que nunca hay que tomar cuando acecha el peligro de confrontaciones que hubiesen podido evitarse, y menos los que ofrecen reiteradas dudas sobre la conveniencia o no de tomar cartas en el asunto cuando un terremoto puede producirse en otro lugar menos habitual al soportado hasta ahora y distante del lado haitiano para ser más preciso. Hoy el consejo puede ser impensable de llevarlo a cabo, cuando mañana pueden ser factible realizar un proyecto de pedir la mano a la gran y numerosa familia de los contrayentes, antes de comprometerse oficialmente en el altar de los fieles compromisos.
En nuestro próximo capítulo (2) un retazo de la historia que aunque podría aparentar ser paralela es el ejemplo de lo que no debe hacerse por parte de países que cercanos no se avienen, rogando no se impacienten nuestros detractores hasta no estar al corriente de lo que se pretende en este socorrido manifiesto de posibles sugerencias que ayuden a calibrar las intenciones.