
Por humanidad y sacar del pozo sin fondo al vecino que se ahoga cada día en un bucle entre la crispación, el miedo y el hambre, ahora toca dar una muestra de lealtad y ayuda solidaria sin atisbo alguno de arrogancia, que la República Dominicana puede demostrarle a ese núcleo duro de gobiernos que deciden los destinos del mundo, cómo existen otros recursos para solucionar problemas entre vecinos, empezando por mirar cara a cara a su homólogo extendiéndole sus manos en señal de un rescate necesario, lo que redundará en un agradecimiento por haber dado un paso tan valiente que es digno de ser alabado por cualquier haitiano que se muestre dispuesto a apoyar sin reservas el proyecto de una fusión o una invasión consentida a través de las urnas, en las que no harán falta que se firmen pactos previos a la tan ansiada consulta, que rubricará el deseo inalienable de supervivencia después de apuntarse a lo que ofrezca un futuro prometedor y que debería entusiasmar a quienes tengan confianza en si mismos que la mejor solución entre todos sin sumisión y sí con orgullo y coraje, entendiendo que sin unión no hay fuerza y sin fe no hay Dios, patria y libertad.. que la proteja.
Algo de historia para entender mejor la propuesta para después del preámbulo, considerar que hay caminos equivocados, otros con trampas que aparecen en unas sendas serpentinas que nunca hay que tomar cuando acecha el peligro de confrontaciones que hubiesen podido evitarse, y los que menos los que ofrecen soluciones hoy impensables que mañana pueden ser factibles.
Años 1957-1958 varias banderas del Tercio de la Legión española intervienen en la guerra de Ifni-Sahara, a instancias de la provocada reclamación marroquí que degeneraría en un conflicto de intereses que en confrontación directa y por la puerta de atrás diplomática, fueron ellos los primeros que abrieron fuego y apoyaron la sublevación con armas e infraestructura logística a un pueblo motivado por alzarse conla libertad de elegir su destino, lo que dio origen al nacimiento del Frente Polisario que fue considerado como un acérrimo enemigo de la presencia "colonialista" de España en el área, cuando precisamente estaba a punto de eclipsarse la misma por varias razones que no podían ser aplazadas, entre la que se hallaba el acuerdo de no agresión que no se cumplió y que boicoteó el odio del "moro" en la retaguardia todo lo que pudo, mientras que en la contienda de sofocar el incendio balístico participaron 10.300 soldados españoles y franceses, contra 30.000 hombres que perdieron 8.000 efectivos dados por muertos, mientras que las bajas europeas fueron de 300, 7 civiles, 574 heridos, y 80 desaparecidos.
Posteriormente y desde la tranquilidad conseguida por la victoria de los combatientes ibéricos y galos, en 1970 se dictó la resolución 2711 de Naciones Unidas, aprobando un referéndum para la independencia en el territorio del Sáhara ocupado por España, lo que propició que Marruecos iniciase una campaña de anexión a su territorio y desprestigio mediático a pesar de la insistencia del gobierno de Francisco Franco en organizar una consulta a través de la elaboración en 1974 de un censo electoral, encolerizando aún más si cabe a un Marruecos que lejos de compartir el mismo criterio de tinte democrático, ya en 1973 hostigaba militarmente con la provocación en lo que se había determinado como un terreno neutral de operaciones. La forzada Marcha Verde que disfrazó un gobierno para acoger a otro en su seno de astucia, engaño y secuestro, mientras otro se retiraba sin rechistar y el más perjudicado creía que la invasión de su territorio iba a ser un acto de solidaridad puntual. Terrible decepción para todos, menos para quien jugando un papel relevante aprovechaba su indulgencia pidiendo sin vergüenza la devolución las ciudades autonómicas españolas de Ceuta y Melilla, de las que pueden discernirse llegado el caso y antes de cederlas, convertirlas en países independientes, al igual que Marruecos lo fue en su día y recientemente el Sáhara Occidental, que no ha podido hacerlo por ser víctima de una violación de fronteras.
Tras tormentosas escaramuzas y vueltas de campana en una campaña de hacer entender a los habitantes de un desierto alzado en armas la razón de ausentarse del Sáhara con elegancia y envidiable marcialidad, se cede a Marruecos el Cabo Juby en un alarde de buena voluntad, al tratarse de una zona geográfica estratégica frente a las islas Canarias, manteniendo España su postura conciliadora y poco respetada en Ifni hasta 1969, después de aceptar la resolución de descolonización impuesta, desde siempre aceptada y agradecida, que fue gradualmente cumplida hasta que en 1975 el gobierno alauita de Hassan II inicia una Marcha Verde del pacifismo intimidatorio, mostrado en apariencia cariñosa y resolutivo a su conveniencia que no significa nada más y menos que el apoderarse de la zona excluyendo la libre determinación del pueblo autóctono saharauí, que ya había proclamado anticipadamente su deseo de formar la República Árabe Saharauí Democrática, optando España por un repliegue a gran escala al objeto de evitar un enfrentamiento y dejando que la ambición y el control de Marruecos quedase bajo su manto y su protectora "chilaba", en contra de las protestas internacionales y la denuncia de apropiación indebida al seguir comprobando que se estaba alimentando un conflicto que todavía hoy dura, pese a las continúas llamadas de advertencia de Naciones Unidas a cumplir sus ordenamientos que hubiesen podido impedir el acopio de superficie (266.000 km2) y la integración del reducto como nuevos súbditos de 590.000 personas (censo 2019), de los que hasta hoy y ya en el reinado de Mohamed VI, siguen incumpliendo las diferentes llamadas al orden que son desatendidas para su mejor y rentable provecho.
Hay que añadir que Marruecos con 446.550 km2 conviven unos 35.500.000 ciudadanos, lo que hace para sus cálculos de expropiación forzosa : 712.550 km2 y 36.090.000 personas "patriotas", acumuladas en una extensión predominante que goza de gran estimación por su alianza con la OTAN (Organización Tratado del Atlántico Norte), lo que dificulta cualquier acción enérgica consistente en desmantelar un reto descarado que el inicio de sanciones y una intervención de pleno derecho. Y es aquí cuando decidimos pasar a la propuesta de una solución distinta a la ya expuesta, aunque similar en algunas características que no deberían de aparecer y que requerirían un estudio en profundidad de lo que ya ha sido experimentado en algunas ocasiones con un resultado de zozobra por quienes no saben guardar las formas y tampoco tienen un sentido de libertad arraigado en sus costumbres.República Dominicana vs República de Haití
Las comparaciones en ocasiones suelen ser odiosas, pero hay casos como el anteriormente descrito, que sirven para demostrar que sí puede haber una solución a un problema geopolítico-social de gran transición emocional si no se explica bien, en tanto en cuanto se reafirma que a lo hecho o lo que se hará dentro de las probabilidades pendientes.. pecho, dejando que tiempo cure y sine die deje los efectos de reclamaciones insatisfechas de unos y de otros si de verdad llegasen a vislumbrarse, aunque lo dudamos, dado que por mucho que sea denunciada la determinación que apuntamos, quedaría claro que mayoritariamente no habría oposición salvo la que podría presentarse por reducidos grupos de protestantes o de sicarios a sueldo de intereses supuestamente agraviados, que jamás estarán satisfechos con nada que no sea el oler a fuego y pólvora y mantener sus privilegios siempre en discordia, olvidando que esas contradicciones ocurrirían de vez en cuando en una letanía administrativa sumergida en agua de borrajas, al no desear nadie entrar en otra crisis bélica que podría estropear las relaciones que han hecho en el caso de Marruecos una factoría cada vez más introducida en la Unión Europea, lo que viene al tacto para añadir que ese mismo síndrome de no conocer lo que entraña el riesgo de tomar una decisión acertada.. o no, correspondería a la República de Haití y a la de República Dominicana, aunque poniendo distancia a las necesidades y argumentos.
Dicho lo anterior, vamos a partir de supuestos con respecto a que todavía se considere a Haití un país fallido por la comunidad internacional y no haya remedio alguno para librarse del sambenito, que como muchos conocerán era una prenda que utilizaban los pecadores católicos como muestra del arrepentimiento, convirtiéndose en un símbolo de la infamia. Aunque no es el caso, pues moradas las pasan quienes ya no tienen nada, salvo una vida penosa y telarañas encastradas en los ojos para no ver que así, entre la penuria y seguir callando la ausencia de libertad para exigir derechos, es una patraña que desmitifica la conformidad de un pueblo para no dar una muestra de organizarse para considerar una rebelión incruenta, pero si efectiva cuando a lo mejor sería dejar de gritar, desconvocar las algaradas, desmantelar las barricadas, esconder las pancartas y meterse todos en sus casas, confinándose hasta que las clases más privilegiadas y los políticos que las sustentan oigan el eco del silencio temible que va al compás de los vientos aliseos que hacen navegar a la muchedumbre en su primera fase conspiratoria pasajera en la nave de los rencores dormidos.
Y ahora llega la idea que congelan todos los dirigentes en contra de abrirse en un abrazo fraterno y salir todos del atolladero, algo inexplicable cuando el no hacerlo carece de una ausencia didáctica entre los inconvenientes y las ventajas, que podrían inculcarse a razonarse en los medios de comunicación de masas de ambos países caribeños con el fin de tantear el ambiente.
La imaginación al poder
Imaginemos que antes de concebirse una gresca por la que los dominicanos se sientan ofendidos al considerar que el trasvase de haitianos gota a gota al cruzar la permeable frontera es inadmisible, al que se añade la fuerte ramificación de nacimientos en el territorio lo que les da cierto visado de presencia legalizada, se considere la oportuna casuística al entender equivocadamente que se trata de una invasión silenciosa, produciéndose en la deriva un reto de graves incursiones personales, adquiriendo actitudes violentas y tendenciosas por parte de ambas culturas, que quiera o no están llamadas a entenderse.
¿ Qué hacer cuando un pueblo vecino pasa hambre desde que nace por una política desacertada y corrupta de sus dirigentes que no asumen sus responsabilidades ?. La respuesta sería ayudarles teniendo en cuenta que el hacerlo podría ser beneficioso para ambos indecisos a desenterrar viejos vínculos para hacer más factible una fusión o una invasión consentida, y baste añadir que cualquiera de estos dos planteamientos podría conllevar la solución final de las problemáticas más acuciantes, considerando el federalismo interno y compartido como base del principio de actuación que determinaría las siguientes ventajas. :
- Ampliación de la oferta global en toda su dimensión de 76.192 km2 ( Haití 27.750 y Dominicana 48.442 km2) participando una población total de 22.700.000 ciudadanos ( Haití 11.500.000 y 11.200.000 Dominicana) disfrutando de derechos y obligaciones.
- Una unión fomentaría la confianza inversora, creándose polos de desarrollo industrial en los límites fronterizos y en aquellos puntos de aprovechamiento sostenible de la agricultura y la ganadería, sin olvidar el gran dulce que sería la concesión de licencias de minerías con participación subsidiaria de los gobiernos, además de inversiones de explotación empresarial que conlleven la trasformación del metal gracias a la investigación y el desarrollo de nuevos productos e ingenios.
- La construcción de puertos deportivos, renovación de aeropuertos, líneas de ferrocarriles, nuevos hoteles que harían llamativa una oferta turística de gran proyección dando relieve a la cultura y al ocio, con una coordinación compartida en las promociones de una isla que podría retomar el nombre de una unión conyugal como Repúblicas Dominicana-Haitiana.
Todo ese desarrollo daría como resultado una nueva dimensión para gestionar una necesaria obra civil, generando servicios de mantenimiento y empleo. En definitiva el impulso de nuevas infraestructuras domésticas serían una invitación para que participasen grupos de ahorros de inversión y sus atractivos mercados y sectores con visión de futuro, repercutiendo los beneficios en la sanidad y la cultura, la formación profesional y algo muy importante como es la urgente alfabetización que no puede dejarse apartada siempre por una necesidad que puede aplazarse.
¿ Cuál sería la solución al planteamiento arriba expuesto ? :
Un plebiscito, un referedúm participativo de ambas sociedades para elegir un único presidente de gobierno y vicepresidente, que tan indiferente sería o bien alternativamente un dominicano o un haitiano con demostrada solvencia y respeto, con expresión de hacerse acompañar de diputados con partidos políticos con siglas convincentes que compartan la incorporación de listas abiertas. Recomendación : pocos los asesores a flirtear en la política, dado que existen tanto dominicanos como haitianos formados en universidades y escuelas profesionales de gran talento para convertirse en estudiosos a tiempo compartido de sus quehaceres para ser calificados de tecnócratas, indispensables para participar en lo que deberán considerarse en primera instancia como asistentes a una terapia económica, solvente y distributiva de oportunidades que de forma piramidal establecerían una base de responsables sectoriales, en la que el efecto impositivo tendría un papel preponderante para sin asfixiar al contribuyente, la caja de los imposibles se refuerce con el trasiego de personal, comercio, bienes y servicios, reduciendo las cuotas para el sostenimiento de ejércitos prescindibles para ser formados en funcionarios policías, vigilantes de lo público, los eco-sistemas, la persecución del crimen organizado,la investigación de sobornos y el contrabando, el tráfico rodado y las labores de unidades de emergencia para su intervención tras una climatología adversa.
Confeccionar la nueva identidad con autonomías bajo responsabilidades presupuestarias y gestores personales de la evolución, cumplimiento de las directrices de una oficina general de impuestos con delegaciones de control económico de las mismas, haciendo que los infractores, aunque fuese por mínima corrupción evidenciada pagasen culpa en prisión y confiscación de todos sus bienes, incluidos los de familiares obtenidos sin justificaciones contables y patrimoniales de facto encubiertas, que comprueben su dominio y actúen como colaboradores necesarios y responsables civiles subsidiarios.
Dando paso a la imaginación, de realizarse una previsible consulta que no hay que descartar si hay voluntad y predisposición en ser iguales y no meros comparsas de quienes se aprovechan de las circunstancias o están ciegos, que resultando de ser afirmativa la resolución de una fusión, que seguro sería excelentemente bien acogida por parte del pueblo haitiano, en su calidad de testigo que ha comprobado durante años que en Dominicana se vive mejor que en un Haití descalabrado, podría realizarse para empezar el ensayo auténtico de una obra de teatro real y con un aforo de millones de espectadores, en la que un país se une a otro en santo matrimonio, invadiéndolo por amor y unos fusileros bien adiestrados procedentes de unos perfiles de intervención rápida con conocimientos sobrados en el arte de la guerra con mandos de demostrado alto rango, que empezarían por perseguir y aniquilar con vehemencia y sin la discreción acostumbrada y la prudencia especializada, para que ningún malandro ladrón o asesino se escape de la isla, dando por finalizada la hegemonía de esas bandas bien armadas y estructuradas de facinerosos, que son los únicos que pueden malograr el nacimiento de una nueva nación con intención de convertirse en una potencia de prosperidad y el reconocimiento de la buena praxis de sus gobernantes elegidos por el pueblo, y no por ensoñaciones y otras recomendaciones que inspiran poca confianza, eliminando así de una vez por todas que la unión de República Dominicana con la República de Haití no forma parte de un cuento bananera.
Qué bonito sería ver como desaparece la precariedad y el hambre, y se abrazan los sentimientos. Qué bonito resultaría convertir la Suiza del Caribe en un ejemplo de concordia y con todo un lujo de futuro por delante. Qué bonito sería ser "dominitiano" y compartir el mismo credo de no avasallarse nunca, y andar juntos por los caminos que ya nunca más conducirán al destierro. ¡ Qué bonito sería todo !.Pensar que el dominicano no ladra, ni muerde, que no se molesta cuando le oye hablar créole al haitiano ¡ Qué bonito sería ver resurgir un mundo nuevo, más allá de lo que pensaron los colonizadores y los esclavistas, esos que ya no representan nada, ni tan siquiera en los libros de texto.
La libertad no puede embargarse por nada ni por nadie, y la promesa de no hacer desaparecer las culturas, provengan de donde vengan, debe ser tan rígida como sincera.
Nos vamos a permitir OLER A LIBERTAD para defender lo que proponemos, deseando sensibilizar a nuestros lectores de lo que intentamos transmitir sin miedo a incomprensiones, rechazos e ignorantes que apuestan por seguir en un infierno. Hubiésemos deseado incluir la palabra LIBERTAD donde cupiese en la narración, pues se prestaba a hacerlo, con todo el respeto y la humildad al texto recitado de un poema de José María Gabriel y Galán (1870-1905), en el que reconoceremos el sufrimiento de un esposo por el fallecimiento de su mujer, quién bien hubiese podido llamarse LIBERTAD mecida siempre por la esperanza de mantenerla viva, que es lo único que no pueden perder las personas en ningún momento de su vida.
