El pasado mes de diciembre me llegaron por sorpresa unas galeradas de una novela que se publicó ayer. O quizá no fueran sorpresa y me hubieran avisado, pero lo cierto es que anduve bastante liada por aquellas fechas y, si lo sabía, lo había borrado de mi mente, así que al abrir el sobre desconocía lo que me iba a encontrar y admito que ni siquiera conocía al autor. Hoy os hablo de La melodía de la oscuridad.
Mi opinión
Cuando un cadáver aparece en el Museo de Cádiz, con una puesta en escena muy especial, el teniente Román, de la Guardia Civil, encargado del caso, no duda en llamar a su antiguo compañero el sargento Adriano, jubilado tras sufrir un atentado con graves consecuencias. Desde el primer momento el sargento no tiene duda alguna, el asesino ha escenificado el primer trabajo de Hércules por lo que probablemente se avecinen unos cuantos asesinatos más si no logran detenerlo antes.Desde el inicio conoceremos tanto la identidad como las motivaciones del asesino, Alceo. Se trata de un personaje cruel por el que, a pesar de conocer su difícil y traumática infancia, es imposible sentir nada que no sea un profundo rechazo. Ha habido ocasiones, con otros asesinos sociópatas, psicópatas y de todo tipo, que el trazado del perfil ha conseguido meterme en su piel y entender, aunque nunca compartir, sus motivaciones, pero en esta novela el autor se centra más en otros aspectos, como el detalle de la crueldad y barbarie de sus asesinatos con algunas escenas realmente repulsivas, en lugar de desarrollar más el perfil psicológico de un personaje que podía haber sido mucho más potente. El otro gran protagonista de la novela es Adriano, un sargento ya retirado con secuelas tanto físicas como emocionales, un personaje muy interesante al que también se le podría haber sacado mucho más partido ahondando en su psique atormentada. Por el contrario, a menudo se dedica más tiempo a algunos secundarios como Patricia, su mujer que, si bien es imprescindible para entender y conocer a Adriano, en ocasiones entrar tan de lleno en sus propios problemas y circunstancias restan tensión narrativa a la novela. Del mismo modo ciertos flashbacks me han resultado extensos en una novela realmente corta y, aunque sin duda son necesarios, su extensión para mí ha lastrado el ritmo de la novela que parece querer arrancar para terminar viéndose frenada por este tipo de cosas.La mitología como modelo para planificar y llevar a cabo asesinatos no es algo novedoso, pero siempre funciona. Tampoco lo es que la UCO aparezca en nuestras lecturas cada vez más a menudo, aunque en esta ocasión hay aspectos procedimentales tratados con lo que me parece una cierta laxitud, y en otros puntos se han tomado licencias que, en mi opinión, son totalmente innecesarias dado que no aportan nada especial y que a determinados lectores, como es mi caso, no nos terminan de agradar. En cualquier caso, esto no deja de ser algo muy personal y lo que a mí no me agrada puede ser un punto fuerte para otro lector.
Lo cierto es que mi impresión sobre La melodía de la oscuridad, una novela que he leído en poco más de dos días, es que es una novela entretenida, con una buena historia y con unos protagonistas interesantes, todo ello base imprescindible en cualquier novela que se precie, pero en esta ocasión me ha faltado desarrollo y un cierto pulido, algo que probablemente el autor podrá trabajar en próximas publicaciones así que no os dejéis engañar con mis peros a la novela ya que a pesar de ellos la recomiendo, especialmente a quien busque una lectura fácil en la que el entretenimiento está asegurado.