Ficha técnica
TÍTULO: La memoria de la lavandaAUTORA: Reyes MonfortePUBLICACIÓN: 26/04/18PÁGINAS: 428EDITORIAL: Plaza & JanésGÉNERO: Narrativa contemporáneaMi opinión
Lena, fotógrafa profesional especialista en retratos, está en su coche esperando que un semáforo cambie de rojo a verde. En ese lapso de tiempo rememora cómo ha cambiado su vida desde el fatídico día de hace dos meses, una semana y cuatro días. Ese día falleció Jonas, su marido y el amor de su vida. Jonas y Lena se conocieron en la consulta de un hospital, cuando él, médico cardiólogo, la trató de su cardiopatía congénita. Pese a la diferencia de edad que los separaba, se convirtieron en una pareja inseparable, y envidiable por el amor que se profesaban.Cuando el semáforo se pone verde, Lena reenprende el viaje hacia Tármino, el pueblo de Jonas, dónde acude para asistir a su misa funeral y esparcir las cenizas. Una estancia que durará setenta-y-dos horas dónde se reencontrará con la pandilla de amigos íntimos de su marido, pero también con el hermano de él, Marco. Un ser odioso con el que todos tienen una relación pésima.
Morí un 3 de mayo. Ese día dejé de respirar, de sentir, de oír, de pensar, de reír. Lo mejor que te puede pasar en la vida es amar y ser amado. Y perder esa sensación es mucho más doloroso que no tenerla nunca.
La memoria de la lavanda está narrada en primera persona por Lena que nos irá contando sus sentimientos y vivencias tras la traumática pérdida del amor de su vida. Reyes Monforte ha escrito unos primero capítulos brillantes, con unas descripciones muy acertadas sobre como se siente una persona tras una pérdida de este calibre, haciendo gala de esa prosa magnífica a la que nos tiene acostumbrados. Lena describe de forma maestra cómo está viviendo el proceso del duelo. Cómo la trata la gente del alrededor y cómo reacciona ella ante sus manifestaciones. Cómo le dicen los demás que debe encarar su vida, y cómo cree ella que quedará clavada siempre en ese punto. El miedo a olvidar momentos, olores, vivencias y la formas que busca de intentar retener esos recuerdos. En resumen describe tan bien reacciones, sentimientos y actitudes, que si has pasado por algo parecido es muy fácil identificarse y empatizar con Lena.Cuando Lena llega al pueblo aparecen en escena los amigos de Jonas -Lola, Hugo, Roberto y Aimo-, junto a su primo Daniel, sacerdote del pueblo, a los que se unirá la vivaz Carla, amiga de Lena; pero sobretodo el gran antagonista de la novela. Marco, el hermano de Jonas, que odia a todos y a todo lo relacionado con él, por consiguiente también a Lena, y no tiene intención alguna de mostrar respeto hacia ellos ni tras su muerte. Apodado como 'El zombie' Marco es una persona envidiosa, extravagante, egoísta y mezquina. Es a partir de ese punto cuando he ido perdiendo poco a poco la conexión con la historia. En parte por la poca credibilidad que fui gestando hacia Marco, un personaje extremista en tantos aspectos, que no he conseguido sentirlo real. Y por otra parte me costó avanzar por la sensación de que lo que leía ya me lo habían contado al principio de la novela. Además está tan bien narrado ese inicio, que ya no necesitaba más.
La memoria de la lavanda es una historia reflexiva e intimista, propiciada por su ritmo pausado. Una novela muy bien escrita, con una prosa descriptiva y fluida. Coincidirá la estancia de Lena en Tármino con el Festival de la Lavanda, brindándonos unos paisajes hermosos, repletos de colores y olores. A la vez que conoceremos algunas de las virtudes de esta planta medicinal. Tármino está inspirado en el pueblo de Brihuega, un municipio español de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Un pueblo famoso por su cultivo de la lavanda, y dónde se celebra cada año el Festival de lavanda a finales de julio. Una trama de intriga secundaria transcurrirá durante los días en el pueblo, en que serán protagonistas secretos enterrados del pasado.