Revista Cine
Título original: La Memoria del Muerto
Año: 2011
Duración: 89 min.
País: Argentina
Director: Valentín Javier Diment
Guión: Martín Blousson, Valentín Javier Diment, Nicanor Loreti, Germán Val
Música: Pablo Borghi
Fotografía: Claudio Beiza
Reparto: Lola Berthet, Luis Ziembrowski, Jimena Anganuzzi, Matías Marmorato, Lorena Vega, Rafael Ferro, Gabriel Goity, Flora Gró, Ana Celentano, Horacio Acosta, Pamela Rementería, Belén Brito, Emilio Laszlo, Julia Laszlo, Gabriela Rubinsztein, Raquel Albeniz, Muriel Lescano
Cuando el amor se convierte en terror.
El cocktail terrorífico que se nos presenta en este film argentino, contiene todos los ingredientes que el buen amante del género espera. Es una interesante mezcla de componentes entre los que podemos citar: fantasmas, rituales satánicos, gore, zombies, terror psicológico. ¿No está mal, verdad? Si además añadimos una sorprendente vuelta de tuerca final, hará que esta película sea redonda. No obstante, y en su contra, podemos decir que es demasiado densa. En su justo metraje la acción transcurre desbocada, casi sin pausas, lo que hace que el dibujo de los personajes sea un poco superficial, cosa que en otro tipo de películas sería casi anecdótico. En ésta sí que influye puesto que los personajes tienen suma importancia en toda la trama. De hecho son el alma de la fiesta. Una fiesta en la que no faltará la sangre, en unas escenas muy bien rodadas y resultonas.
La historia es muy original. Imaginemos por un momento cuanta gente podríamos reunir que realmente nos amara. Todas ellas, por el solo hecho de querernos, podrían hacer algún sacrificio por nosotros. ¿Hasta qué punto? Como vemos no es algo que se pueda tomar a la ligera. Es una cosa que flota en el ambiente mientras asistimos a auténticas escenas de pesadilla. Se sitúa en un segundo plano para aflorar al final y llevarnos a la conclusión final, la cual no es la que esperamos, y que además ¡es feliz!.
Otro tema a comentar es el de los fantasmas que cada uno guarda en su interior. Valentín Javier Diment juega magistralmente con esto. Cada personaje esconde uno que aflora tras invocarlo sin saber por qué. Son un poco clásicos, del tipo complejo de Edipo, acoso sexual infantil, remordimientos por perder un hijo, etc., pero el hecho de que sean manidos no quiere decir que, al estar rodados sin complejos, adquieran una dimensión muy superior a la esperada.
Jorge muere súbitamente, algo que él mismo ya había predicho. En su corta agonía deja a su esposa Alicia una carta póstuma en la cual convoca a los seres que más le quisieron. Son seis personas que amaron profundamente al muerto. En principio lo que tenía que ser una agradable reunión entre amigos, se convierte en una orgía de sangre de la cual casi nadie se salva.
Interesante cinta de terror que consigue ampliamente lo que persigue, y que no es otra cosa que pasemos mucho miedo y, ¿por qué no?, repulsión. Casi sentimos que nosotros también habíamos amado a Jorge y que estamos allí, esperando nuestro turno. El magnífico guión de Martin Blousson, Valentín Javier Diment y Germán Val, Nocanor Loreti nos sacude literalmente, nos zarandea y nos mete en la zozobra. Asistimos angustiosos al vendaval de imágenes sin la menor pizca de humor, algo que encontramos a faltar, al menos para apaciguar la tensión, que es mucha. Los personajes son seres atormentados, infelices y parece que busquen un final trágico. Destacar asimismo, como ya hemos comentado, el ingenioso y efectista giro argumental final. Nada es lo que parecía ser, aunque parezca chocante lo bien que acaba la cosa tras lo visto con anterioridad. Hablando de las interpretaciones indicar que son muy correctas y convincentes. Por ser una obra coral, ninguna está por encima de la otra, aunque la parte femenina, con Lola Berthet a la cabeza, toma una ligera ventaja respecto a la masculina. En general son de un buen nivel y además son actores y actrices muy conocidos a nivel local. Técnicamente destacar las extraordinarias escenas gore, lo mejor de la película. Atentos a la escena inicial, muy original. Todas ellas están muy bien rodadas y son muy impactantes, mezclan de manera magistral la parte onírica y la terrenal. El resto de efectos especiales son también destacables, ayudados, sin duda, por la excelente fotografía de Claudio Bieza, que crea un halo de misterio en las escenas de exterior realmente inquietante. La música, y los buscados silencios, ayudan a crear una atmósfera de terror inigualable.
Si os gustan las historias truculentas no dejéis de verla. Os encontrareis con un producto muy bien acabado que no os defraudará. Además encontrareis de todo, pero sabiamente mezclado y con muchas sorpresas. ¡Ah!, se me olvidaba, cuando os tiréis a una piscina comprobar, antes de nada, que tenga agua.
Firma: Josep M. Luzán.