Goethe le hizo decir a Fausto: “En el principio era la acción”. Ortega y Gasset corrigió ese planteamiento del “Fausto” y dijo: “Sin ideas, bien entendido, el hombre no podría vivir. Cuando Goethe dijo «En el principio era la acción», decía una frase poco meditada porque evidentemente una acción no es posible sin que antes exista el proyecto, el bosquejo de esta acción. Y este proyecto para la acción es precisamente la previa idea”[1].
El hombre, pues, necesita un motivo para levantarse cada mañana y entrar en acción. Ahora bien: ¿no está hecho el hombre a imagen y semejanza del Universo? ¿No habrá necesitado también el Universo un motivo, una finalidad, un sentido para haberse puesto en marcha?
[1] Ortega y Gasset: “Pasado y porvenir para el hombre actual”, O. C. Tº 9, p. 721.