Revista Infancia

La metamorfosis de los 7 años

Por Babytribu @babytribu

Queridas Tribus!!! Hoy os hablo de una edad tan bonita, los 7 años!!! Cuando miro hacia atrás, recuerdo que en la primera infancia de mis hijas estuvimos atentos de cuidar que fueran ellas quienes marcasen las huellas de su propio camino. Acompañar la infancia temprana ha sido toda una experiencia, tuvimos muchos momentos de llevarnos las manos a la cabeza: ¿cómo evitamos el conflicto? y también momentos del admiración absoluta ¿cómo una persona tan pequeña puede marcarse un No con tanta voluntad? ¡Admirable!

Así pasaron los primeros 5-6 años y ahora entramos en una nueva etapa transformadora. Hoy hablaremos de la primera metamorfosis: los 7 años… ¡Empezamos!

La metamorfosis de los 7 años

Los 7 años, el cambio de septenio

En muchas oportunidades os he hablado de mi admiración hacia la Pedagogía Waldorf, una pedagogía que más allá que estudiar el aprendizaje, estudia el “Ser” que aprende, la persona que vive y que está llena de profundos cambios. La Pedagogía Waldorf tiene su base en la Antroposofía y las investigaciones realizadas por Rudolf Steiner.

Una de las máximas de esta pedagogías indica la subdivisión de la infancia y juventud en tres segmentos. Una división por septenios, estructurados con cambios de etapas que ocurren al rededor de los 7, 14, 21 años…

  • Un primer septenio que va desde el nacimiento hasta la segunda dentición que corresponde a la etapa del niño pequeño,
  • un segundo período desde la segunda dentición hasta la madurez sexual, es la edad de la escuela primaria,
  • y un tercer septenio que marca la etapa desde la madurez sexual hasta la mayoría de edad.

En el post de hoy nos adentramos en el cambio entre el primer y segundo septenio, un cambio que viene marcado con la caída de los dientes de leche y la aparición de los nuevos y definitivos dientes. Ese momento en el que empieza una transformación tremenda en el niño y la niña, una trasformación física, psíquica y espiritual. Ese momento en el que la belleza se transforma y los dientes son un reflejo de lo que ocurre en todo su ser. Así vemos una boca de 6-7 años y si la describimos… tiene huecos, dientes que están saliendo nuevos, algunos torcidos que se enderezarán o no, otros que tardarán en salir, otros que dolerán. Surgen cambios que pueden incomodar a la hora de comer y realizar actividades cotidianas, cambios que marcarán una nueva sonrisa que mostrará que “algo está pasando” y es algo grande: es un cambio de etapa muy importante… Una metamorfosis.

Y no solo en los dientes se refleja, también hay cambios en el cuerpo en general y en la personalidad. Torbellinos de emociones acompañados de la mano de la vergüenza. Hace unos años el niño o niña podía tener la boca manchada de chocolate y lucirla sin importancia, ahora en esta nueva etapa eso es inconcebible!!! la vergüenza está presente y tiene voz y voto. Los adultos debemos respetar la vergüenza de un niño o niña y evitar hacer bromas pesadas porque es un momento muy sensible.

Estos cambios son la puerta de entrada a una niñez más madura pero que todavía necesita de la niñez inmadura que tanto tiempo les ha acompañado. Siguen la fantasía y las ganas de jugar como máximas en su camino. Trepar un árbol, montar en bicicleta, intentar hacer el pino… ya no estamos hablando de aprender a andar, hablamos de retos de movimientos que el cuerpo les pide y exige porque ya empiezan físicamente a estar preparados para ellos ¿qué pasa entonces con el movimiento en esta etapa?

La metamorfosis de los 7 años

El movimiento y el ritmo a los 7 años

Hace un tiempo os hablé del ritmo en la infancia en el post La importancia del Ritmo en los niños: Waldorf, el ritmo da estructura y seguridad en la vida de un niño o una niña y es importante poner especial cuidado en respetarlo.

Es curioso, porque en los 7 años el niño o niña generalmente forman parte de un sistema educativo que muchas veces no da las oportunidades necesarias para “quemar” esa necesidad de movimiento. Un sistema educativo en el que la mayor parte del tiempo están sentados y así  lejos de un aprendizaje vivenciado con el cuerpo.

Las ganas de movimiento que están allí latentes, es el ritmo que les da la fuerza, una fuerza que está allí y saldrá como pueda. Y lo que no se puede ocultar es que cuando un niño o niña no se mueve lo que necesita, este se moverá en los momentos que nos parezcan menos oportunos. La razón es muy simple, habrá UN EXCESO DE MOVIMIENTO NO REALIZADO deseando salir, y que muchas veces saldrá con explosiones de movimiento.

La metamorfosis de los 7 años

Los 7 años, es el momento…

Es el momento de conversar, de reír y de hablar claro con un leguaje sencillo.

Es el momento de escuchar y de dar oportunidades,

Es el momento de cuidar la vergüenza, no juzgar porque a nadie le gusta ser juzgado,

Es el momento de trepar árboles, de saber que no se deben decir palabrotas aunque prueben cómo suena decirlas

😉

Es el momento de soñar y de tener nuevos miedos,

Es el momento de hablar de los llamados “temas tabú” que necesitan respuesta, como la muerte y la sexualidad.

Sobre todo es el momento de la confianza, que tu hija o hijo sepan y recuerden que pueden contar contigo siempre, que tu amor es incondicional hasta el infinito y que tú más que nunca no caminas a su lado, ni delante suyo… tú caminas detrás para sujetarle si cae.

Los 7 años: sed de conocimiento a raudales

En los 7 años el sentido de la justicia es único y maravilloso, vienen muchas frases con “no es justo” porque ya hay un criterio de lo que puede ser justo o no en la vida. También llegará el interés por el dinero, cuánto cuesta, cómo lo puedo comprar… es un momento muy bonito para empezar a ahorrar!!!

¿Cuáles son los nuevos intereses en los 6-7 años? Podéis deleitaros abriendo el mundo hacia el Cosmos, ese cielo que tanto nos fascina, en estas edades quieren saber qué hay más allá de una noche estrellada ¡Sed de conocimiento! Y ahora sí que es el momento esponja de la lectoescritura!!! Ya el cerebro de un niño o una niña sana está realmente preparado para entrar en el mundo de las letras… no solo eso, sino que además ¡hay ganas!

Para finalizar os recuerdo tener cuidado con desalentar y pensar en lo que no ha podido ser, observa al niño o niña y responde ¿qué es lo que ves?… Ahora recuerdo la frase de mi amiga Amalia y profesora del Curso Online Waldorf, que en relación a la infancia nos habló de la importancia de observar de verdad: “Observa y describe al niño, como si describieses una manzana: es roja, amarillenta, dulce, describe lo que ves… una descripción no es: a mí me gustan las manzanas rojas”.

Lo dicho Tribus, espero que os sea útil esta información… porque seamos sinceros ¡qué bonito es acordarnos de nuestros 7 años! y si fueron vividos con felicidad aún mejor.

La entrada La metamorfosis de los 7 años se publicó primero en Babytribu.com.


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