LA MEZQUITA AZUL
Sultanahmed Camii es su nombre en turco. Fue mandada construir por el Sultán Ahmed I en el año 1609 y se terminó en después de su muerte en 1617. Luce con orgullo el título de Mezquita Imperial, por quien ordenó su construcción y por su gran tamaño, motivo por los que es visitada cada año por millones de turistas. La entrada es gratuita de lunes a domingo y está junto al Museo de Santa Sofía ocupando parte del antiguo palacio imperial y el Hipódromo.
Desde fuera se pueden ver los seis enormes minaretes que la hacen única y uno de los grandes tesoros de la ciudad. Con este número compitió en su momento con La Meca, donde se construyó uno más (siete) para así seguir siendo la primera y más importante.
Por dentro, la Mezquita Azul tiene la mitad de tamaño que Santa Sofía pero las cúpulas y semicúpulas, sus lámparas y las 260 ventanas de su interior le dan una apariencia extraordinaria y una belleza especial. Los 20.000 azulejos de Iznik hacen el resto para quizá convertir la Mezquita Azul en la mejor representación de la ciudad de Estambul y de Turquía.
No sé si me llamó más la atención su belleza o el propio entorno. Un ambiente intenso pero sosegado, una atmósfera cargada pero al tiempo sutil. Estar junto a cientos de personas que parecen encontrarse al margen de la realidad y del alboroto ensimismados en su religioso mundo. El momento es enormemente interesante, una mezcla de culturas, de ideas o religiones que quedan aparcadas para ser capaces de convivir y disfrutar de un lugar tan especial, la Mezquita Azul.
El lugar es precioso e impresionante. Su famoso nombre y color azul es consecuencia de los azulejos utilizados en su construcción, que resaltan aún más por la luz procedente de un buen número de lámparas a poca altura y las enormes cúpulas escalonadas. Acceder al recinto de la Mezquita Azul es entrar en la intimidad del pueblo. Antes de ver el interior bajo las grandes cúpulas, pasamos ante el espacio donde los fieles realizan la ablución, donde hombres, mujeres y niños se lavan antes de la oración.
Como ya os he contado. realizamos la visita del interior junto a un guía privado que nos explicó en castellano un buen número de curiosidades. Aunque intentamos guardar el mayor silencio posible, el elevado número de personas que se concentra en el interior es demasiado. A pesar de ello los fieles realizan a pocos metros sus rezos de una manera tranquila sobre enormes alfombras, bajo la luz de las lámparas y las ventanas.
La entrada es gratuita y el horario de la mezquita es de 9 de la mañana a 7 de la tarde, pero tienes que tener en cuenta que la entrada durante los horarios de culto solo está permitida a los fieles y los turistas no pueden acceder.
La Mezquita Azul de Estambul es uno de los grandes tesoros de la ciudad, un edificio magnífico por fuera y por dentro que te dejará boquiabierto desde cualquier punto de vista desde sus alfombras rojas hasta su maravillosa cúpula de azulejos azules. En definitiva, un lugar imprescindible en nuestros "10 días en Turquía".
Patio principal de la Mezquita Azul
Detalle de uno de los minaretes
Cúpulas profusamente decoradas. Mezquita Azul.
20.000 azulejos de cerámica hechos a mano decoran uno de los techos más bonitos del mundo.
La cúpula de la Mezquita Azul en la ciudad de Estambul.