POR JOSEPH TAVAREZ
El título parece extraño y para muchos hasta sea una malapalabra, pero de otra manera no nos entendería la gente.
Realmente tenemos un grave problema y hoy mas que nunca tenemos que llamar poderosamente la atención de nuestras autoridades, con la finalidad de no quedar sumergidos en un cementerio de aguas negras y materia fecal.
Gran parte de las aguas servidas que se producen en las zonas marginales de Santiago son vertidas en cañadas.
Es decir, las aguas que se utilizan en los baños, fregaderos y letrinas, lo que contribuye significativamente con el agravamiento de esta problemática.
Es una amenaza tangible, el hecho de que diferentes plantas de tratamiento de aguas residuales no estén funcionando.
Es una amenaza mucho mayor ahora que tenemos este tema de la enfermedad hídrica, que es el cólera”, alertó el titular de Medio Ambiente.
Ninguna iniciativa tendría mayor alcance y efectividad si la clase política, las organizaciones no gubernamentales y la población entera no muestran interés en saber qué pasa con el agua que utiliza en sus labores cotidianas.
El deterioro de las plantas de procesamiento de aguas negras y la insuficiencia operativa de las pocas que funcionan en la capital, es una verdadera “bomba de tiempo”.