Pocas veces hemos podido apreciar tanto una película de realismo social como en este caso. Se aborda una temática durísima, chicas adolescentes víctimas de abusos sexuales y/o provenientes de familias desestructuradas, con tanta impresión de verismo que se acaba por olvidar que es ficción, porque es tal la naturalidad de todo el elenco que te parece estar presente en el despacho de un educador oyendo estupefacto los testimonios de las jóvenes y compartiendo vivencias dentro y fuera del centro de acogida. Nadie se salva del escrutinio: las propias chicas, sus familias, los educadores, hasta todo el sistema que ha de proteger a las menores. Lo peor es que la realidad supere la ficción
Puntuación @tomgut65: 8/10