«La mina de los 100 cadáveres» de Alexander Copperwhite

Montenegro, 1953... La guerra ha terminado y los supervivientes aceptan cualquier trabajo con el fin de alimetar a sus familias. Al principio, la pequeña comunidad formada por los trabajadores de una mina a las afueras, es pacífica y próspera, aunque poco antes de la llegada del dueño, un accidente entierra a 100 mineros. La empresa calla... y oculta el incidente... Aunque las almas no descansan... En la mina...

Editorial: Autopublicado (2015)

Formato: Tapa blanda / Versión Kindle

Se trata de un relato corto de apenas 40 páginas, un producto de Amazon a un precio inmejorable: es gratis. Con tales premisas, si se es suscriptor, merece la pena echar un vistazo, proceder a la descarga y leer la entrega. Terror, como no podía de ser de otro modo a tenor del título, pero terror poco trabajado en mi opinión. Y me da coraje, porque las premisas son buenas; también lo es la idea e incluso la ejecución es inocente si la mano que mece la cuna no hubiese sido tan rápida en terminar una historia que daría para más, para mucho más.

Junto con el presente título, el autor regala los dos primeros capítulos de otra historia terrorífica, El feto, que pinta mucho mejor.

Las virtudes de esos acontecimientos que tienen la mina como protagonista se encuentran, precisamente, en la misma concepción. Una llamada, una proposición y un viaje. Incluso podríamos meter a los personajes en el mismo saco. Pero todo sucede tan rápido que no da tiempo a satisfacer expectativas, a especular sobre el desenlace y a profundizar en unos hechos remotos que deberían haber sido más desarrollados.

El relato corto es una disciplina peculiar, y difícil. La concepción del texto debe ser cuidadosa y su ejecución impecable. Poca extensión en la que aglutinar ideas y bastante pericia para llevar a cabo la misión con la consecución del éxito. En cambio, en el presente texto no se cumplen todos los preceptos, y es una pena. Tampoco se entiende por qué son 100 cadáveres y no cincuenta los que den título a un trabajo que ha sido dotado de una portada interesante y misteriosa y que cuenta con el siempre eficaz factor de los miedos asociados a Europa del Este. Vampiros, monstruos o simples mortales, da igual si los parajes elegidos son los adecuados.

Pero cuarenta páginas sirven para pasar el rato y sacar conclusiones que ayuden a dirimir si comenzar con otro texto del mismo autor, que apunta posibilidades que a buen seguro desarrollará en la próxima entrega.

Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: La mina de los 100