La mirada de Kedija. La mirada del hambre. Una mirada invisible. Una voz silenciada.
La mirada del hambre, una mirada que debería pasar a la historia. Sin embargo y por desgracia no es así. La mirada del hambre existe. Parece invisible, la hacen invisible, la tapan, la esconden, la vapulean, la aporrean, pero allí está.
Por Kedija, por Mubarak, por Abdelkarim, por Ruziya, por Nassaneth, por todas las niñas y niños que sufren hambre en el mundo, porque no debería ser así, porque cada niño que muere de hambre muere asesinado ante nuestra indiferencia que tolera tal barbaridad.
La mirada de Kedija te cambia la vida. No puedes permanecer indiferente. Te compromete. Es una gran responsabilidad. No es caridad, es justicia. No es pedir tanto, es devolverle lo que le hemos robado.
Porque siguen muriendo cada día niños y niñas de hambre, pero no son noticia.
Una reflexión desde Etiopía, en la unidad de renutrición donde a diario detectamos nuevos niños con desnutrición severa. No son noticia. La voz huérfana. Seamos su voz.
Siempre hay tiempo para un gesto de Amor.
Siempre hay tiempo para alzar la voz y actuar.