Revista Cine

La mision-the mission

Publicado el 03 marzo 2015 por Ganarseunacre @ganarseunacre

LA MISION (The Mission, 1986)

Por Juan Carlos Vinuesa
LA MISION-THE MISSION
FICHA TÉCNICA: Título original: The MissionAño: 1986Duración: 125 min.País: Reino UnidoDirector:Roland JofféGuión: Robert BoltMúsica: Ennio MorriconeFotografía: Chris MengesReparto:Robert De Niro, Jeremy Irons, Ray McAnally, Aidan Quinn, Cherie Lunghi, Ronald Pickup, Liam Neeson, Chuck Low, Rolf Gray, Bercelio Moya, Daniel BerriganProductora: David Puttnam para Warner Bros Pictures.
Así pues, Vuestra Santidad,ahora vuestros sacerdotes están muertos, y yo sigo vivo. Pero en verdad soy yo quien ha muerto, y ellos son los que viven, porque como ocurre siempre, el espíritu de los muertos sobrevive en la memoria de los vivos.(Cardenal Altamirano)
Para Helentxu
A Roland Joffé le parecen atraerle los conflictos de convicción, de mala conciencia. En The Killing Fields la nervatura del film la constituía la culpabilidad occidentalen el desastre de Camboya y, en particular, la del periodista americano que abandona a su colega nativo. En La Misión los personajes principales han de tomar una decisión que, sea cual fuere, va a llevar a un desenlace catastrófico. Porque La Misión no es únicamente un entretenido film de aventuras con misioneros por medio, ni una película histórica sobre el triste final de las famosas Reducciones del Paraguay. Es –o pretende serlo– una reflexión sobre el dilema moral que se plantea a hombres que han de acatar órdenes injustas y equivocadas.
Robert Bolt, el veterano guionista de La Misión[1]se ha valido de un viejo recurso del oficio para condensar información: ha convertido al visitador Altamirano en narrador, y a través de su relación a la Santa Sede, podemos asistir al drama que supuso la aplicación del Tratado de Límites de Madrid de 1750, cuando parte de los territorios españoles en la región del Paraguay, Uruga, Argentina y Brasil fueron transferidos a Portugal, lo que suponía que sus habitantes, los guaraníes, que vivían en Siete Reducciones, tenían que pasar a dominación portuguesa o abandonar tierras y posesiones para asentarse en otros lugares. Los indios odiaban a los portugueses, ya que algunos mercenarios de esta nación se dedicaban periódicamente a “razzias”, saqueos y al tráfico de esclavos. Por otra parte, no querían abandonar su solar ancestral y la forma de vida que les había llevado a la prosperidad, guiados por jesuitas.

El arranque del film (el informe Altamirano) permite condensar el dificultoso comienzo de aquellas misiones y recoger el martirio de algunos jesuitas y la anécdota cierta, de la utilización de la música para reducir a los indios. Pero, en seguida, la acción se centra en las “vidas paralelas” del jesuita Padre Gabriel y de Rodrigo de Mendoza, aventurero español que se dedicaba a capturar indios para venderlos como esclavos, aunque tal actividad estuviera prohibida en los territorios de la Corona Española[2]. Gabriel es un hombredecidido, pero al mismo tiempo defensor acérrimo de que la evangelización ha de hacerse a base de amor y respeto, sin utilizar la violencia, poco cristiana. Mendoza, en cambio, es hombre de acción. Así que cuando se entera de que su amante le engaña con su hermano menor, en un arrebato lo mata. El crimen le lleva a un estado de depresión del que le saca Gabriel para llevárselo consigo a territorio indio. Rodrigo arrastra consigo un fardo con sus armas, penitencia por sus pecados. Se liberará de esa culpabilidad cuando sea perdonado por los propios guaraníes.

A partir de ese momento, el film describe la organización y vida en las Reducciones, el sistema teocrático y comunal de su funcionamiento. El mismo Mendoza, seducido por el encanto de este régimen de vida, decide hacerse jesuita. Pero, como dice Altamirano en su Relación, la felicidad de los pobres provoca envidia y suspicacia entre los poderosos. El Tratado de Madrid era la sentencia de muerte para las Reducciones. Obedecerlo significaba dar al traste con una obra espléndida, de la que los jesuitas estaban y están orgullosos y llevar a la esclavitud o al mísero exilio a aquellas gentes. Enfrentados a este conflicto de deberes y ante una orden injusta Gabriel opta por resistir pacíficamente. Mendoza y otros jesuitas deciden adiestrar para la guerra a los nativos. Altamirano, presionado por portugueses y españoles, trata incluso con graves amenazas de que depongan su actitud. En la batalla de Caibatí se impone la superioridad militar del ejército profesional. La población india, y los jesuitas, son exterminados sin miramientos[3].

Bolt y Joffé han transplantado a la época una visión contemporánea del problema. La reacción de Mendoza y otros colegas suyos de empuñar las armas recuerda demasiado a la actitud de clérigos latinoamericanos ante la injustica estructural del continente. La intención es tanto más obvia cuando que los jesuitas de las Reduccionescombatieran junto con los indios ni que fueran asesinados por los soldados.

En cualquier supuesto a Joffé le ha interesado resaltar el tema. La verdad es que, curiosamente, el guión de Bolt es bastante simplista en este asunto. La misma conversación de Mendoza no supera el tópico. Así que Joffé ha tenido que cargar la mano en la descripción del “paraíso en la tierra” que son las Reducciones y que ciertamente fueron admirables, pero no en todos los aspectos. En este sentido, algunas cosas que pueden parecer sorprendentes hoy día, son históricamente ciertas: la utilización de la música, la polifonía, la habilidad artesanal, la construcción de iglesias, la imprenta y la talla de imágenes, la cooperativa agrícola, etc. La destrucción de esta Arcadia tenía que indignar a sus creadores. Y a Joffé, si recordamos The Killing Fields, también relató del exterminio de un país.LA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSION
El director brilla, sobre todo, en la dirección de las escenas de acción y masas. A la espectacularidad de las cataratas de Iguazú, hay que añadir las de la guerra. La misma descripción de la vida en las Reducciones es una excelente muestra de su talento narrativo y, sobre todo, la visita de Altamirano, conducida con excelente pulso. Menos hábil se muestra en la interiorización del problema y el conflicto de obediencia. Tampoco ha podido, tengo la impresión, con Robert de Niro a quien se ve un poco ajeno a su personaje. Mejor trabajo ha realizado con Jeremy Irons y sobre todo con Mc Anally, un convincente Altamirano. La música de Morricone utiliza motivos clásicos, melodías e instrumentación indígena, mezclada con recursos más convencionales de “banda sonora”. Su mayor mérito es que nunca se impone al film. En cambio, el trabajo de Menges es desigual a ratos.LA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSION
No voy a juzgar –por una vez en mi vida– si la decisión de Cannes fue o no acertada. Ese, al igual que Chaplin, no es mi oficio. La misión es un film más que interesante, que no limita su atractivo a la espectacularidad, a la reconstrucción histórica o al costo de su producción. Detrás de ella hay un cineasta de enorme principio y posterior carrera errática, al que hay que agradecer que no hiciera una “película de misioneros”, ni un film de aventuras en la selva. Y obra que aquí, en su día, levantó cierta polémica. Y no sólo entre partidarios y antagonistas de la “teología de la liberación”.LA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSIONLA MISION-THE MISSION

[1] Es autor, entre otros, de los guiones de Un hombre para la eternidad, Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia, La hija de Ryan, Lady Caroline Lamb y El Motín de la Bounty.[2] A pesar de ello a través de las Encomiendas también se “esclavizaba” o se reducía a servidumbre a los indios en las colonias españolas.[3] La orden jesuita, cuyo crédito en Europa iba de capa caída, adivinó en seguida el conflicto que se venía encima con el Tratado de Madrid y envío a Altamirano que hizo gala de un carácter despótico y muy poco político. A pesar de sus esfuerzos y amenazas no pudo evitar la tragedia de la guerra. El suceso contribuyó, tergiversado interesadamente, a la expulsión de los jesuitas de Portugal y España poco después a la extinción papal de la Compañía de Jesús. No consta que ningún jesuita muriera en la batalla ni que hubiera represión posterior contra los indios. La sarracina del film aparece inspirada en las “malocas” portuguesas de los esclavistas, que se produjeron un siglo antes.

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