Revista Salud y Bienestar

La mitad de los menores violentos necesita ayuda psiquiátrica

Por Fat
El porcentaje de sentencias judiciales relacionadas con actos violentos protagonizados por menores ha aumentado un 10 % en el último año. En la mitad de los casos, el niño o adolescente necesitaría recibir ayuda psiquiátrica, aunque, sin embargo, su detección y diagnóstico quedan limitados por la ausencia de la especialidad de psiquiatría infantil.
El profesor Josep Cornellà i Canals, presidente de la Comisión Gestora de la Sección de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (AEP), considera que "no es admisible que España sea el único país europeo donde esta especialidad no está reconocida teniendo en cuenta el alto índice de casos de trastornos de personalidad y de comportamiento que existe. La ausencia de una cátedra específica, unido al actual sistema sanitario colapsado, impide realizar los análisis pertinentes para detectar niños con problemas psiquiátricos".
En opinión del doctor Cornellà, el aumento de los casos de violencia entre menores se encuentra en gran medida asociado al núcleo familiar, aunque, como precisa, no existe un prototipo específico. "Por un lado, están las familias permisivas en las cuales los padres, quizás por desconocimiento de sus responsabilidades, permiten al niño crecer sin límites. En el lado contrario, se situarían las familiar protectoras que acostumbran al niño a una especie de sociedad del bienestar donde lo tiene todo y no necesita esforzarse por conseguir nada. No se le educa para la frustración y cuando surge reproduce la dinámica que ha visto en videojuegos o en la televisión, recurriendo a la violencia. Por último, se encuentran las familias en las que los progenitores delegan sus funciones y la educación de sus hijos sobre otros, por ejemplo los abuelos, y que a largo plazo deriva en una sobreprotección perjudicial para el menor".
Fuera del entorno familiar, el doctor Cornellà señala que la marginación socio-económica y la pobreza también deriva en comportamientos violentos, así como el fracaso escolar, que en España está alcanzado cifras alarmantes, y cuya frustración lleva a los menores a protagonizar este tipo de actos.
El consumo de alcohol y drogas está detrás de una parte importante de los actos violentos cometidos por los jóvenes "ya que les pone en una situación de no comprensión de la realidad, lo que se traduce en conductas delictivas del tipo de agresiones al mobiliario urbano". De hecho, los robos representan la forma más común de violencia infantil, seguido por los delitos contra la seguridad vial y las lesiones y agresiones contra las personas.
Junto con ello, los videojuegos se han convertido en elementos que pueden potenciar la violencia. Si bien son recomendados para mayores de edad, lo cierto es que "cada vez hay más menores que juegan sin ningún control y con el desconocimiento de sus padres. Estos juegos presentan alta calidad de imagen, convirtiendo un mundo de fantasía en un mundo real y conductas violentas en rutinarias", comenta este experto. En el caso de la televisión, "el riesgo se minimiza por ser un aparato más pasivo y que permite un mayor control de los contenidos por parte de los padres", asegura.
Los expertos también alertan de los peligros que ofrece el temprano uso de los teléfonos móviles. "Los niños pueden hablar y chatear con quien quieran sin ningún tipo de control, e igual ocurre con las redes sociales. Aunque parezca que están muy conectados, en realidad están solos y recurren a compañías perjudiciales en muchas ocasiones".

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