Revista Diario
Mi hija Irene tiene una jornada laboral durísima sale de casa a las 8 y vuelve a las 6 y pico, muchas veces llega dormida en el autobús y se despierta de muy mal humor. Ayer fue uno de esos días, nada mas llegar se puso a llorar porque tenía hambre pero no del bocadillo que llevaba en la mochila si no de chuches, como le dije que no dramón y lloros y rabieta, como la pobre es muy buena y normalmente no se comporta así suelo dejarle llorar un rato sin reñirle. Volvimos a casa los 3 Ign, Irene y yo con una serenata de llantos que hacía que todo el mundo se volviera a mirarme, porque yo estaba tan tranquila, como si me hubiera tomado un Valium; al llegar al portal Irene no quería entrar e Ign se había ido corriendo a las escaleras, cuando conseguí convencer a una de que entrara en el ascensor el otro no quería entrar, cuando conseguí que los 2 entraran, los dos lloraban, a la vez y en perfecta sintonia, yo seguía impasible (2 Valium) y por fin llegamos a casa, y los dos seguían llorando desconsolados y me dice Irene 'mamá mala' y me dice Ign 'Mamá mala' y les digo: 'Pues si soy tan mala podeis cambiaros de mamá, así que id a vuestro cuarto y os lo pensáis' y se van¡¡¡ y no solo se van si no que durante 5 minutos no aparecen y lo debaten y no salen, y yo esperando el veredicto y finalmente salen muy serios y me dicen 'que casi no van a cambiar de mamá' así que menos mal porque haber donde les consigo yo una madre nueva...