Revista 100% Verde

La moda del huerto

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Lo reconozco. Yo caí. Desde hace un tiempo me picó el gusanillo por llenar mi balcón de verduras, harta de tantas alertas alimentarias, de los avisos apocalípticos de que nos están envenando, de comer sin saber lo que degusto y sin que me sepa a nada. Me pareció buena idea. Empecé a investigar sobre el tema y a visitar múltiples páginas sobre huertos urbanos y me di cuenta de que era una ciencia. Visité Barcelona hace unos meses y me sorprendió la zona del Mercat de Sant Antoni, rodeada de calles estrechas llenas de pequeños negocios, muchos de ellos dedicados a los huertos urbanos. Decenas de modelos de macetas y estructuras para aprovechar el balcón al máximo, hasta para colgar las verduras de las paredes. Entonces me planté en mi balcón y puse plantitas aromáticas, un pimiento y una planta de algodón… Sin saber, por supuesto, que las verduras y especias y plantas medicinales hasta en un balcón hay que colocarlas según la teoría de “la asociación de cultivos”, vamos que no todas las plantas se llevan bien ni saben convivir (como los humanos).  Sin contarles el estado actual de mis plantas (llegó a salir un pimiento de verdad) les cuento que un atardecer me dispuse a regarlas para, en ese momento, una fila de coches, con un ruido ensordecedor, dejar su regero de basura procedente de los tubos de escape. Entonces me di cuenta. Los huertos urbanos llevan también su marca de la casa, esa contaminación que respiramos cada día y los cultivos no se libran de ella por ser verdes.

El huerto urbano, de Josep Mª Vallés, con prólogo de Bigas Luna.

Libro El huerto urbano, de Josep Mª Vallés, con prólogo de Bigas Luna.


Volver a la Portada de Logo Paperblog