Si la semana pasada os hablaba de una serie que volvía con su nueva temporada, hoy me toca hablar de una que despidió su segunda entrega en Navidad, aunque al menos lo hizo con la promesa de que volverá (¡yey!). Sí, voy a hablaros de The Librarians, esa serie tan sumamente molona que pasa bastante desapercibida, lo cual, por cierto, me parece bastante injusto.
Como es más que evidente os recomiendo verla si no la habéis visto, no os defraudará. En serio, mola un montón. Palabra.
En esta segunda temporada hemos tenido el mismo esquema que en la primera: casos distintos cada semana junto a una trama horizontal que ha abarcado toda la temporada y todo estaba ligeramente relacionado. Además, los guionistas han sido muy inteligentes pues han sabido usar la trama de la temporada para mantener a Flynn apartado de la biblioteca la mitad de los episodios.
En la primera temporada el personaje de Noah Wyle apareció en cuatro episodios, dejando a Eve, Jenkins y al trío a cargo del anexo mientras buscaba cómo recuperar la biblioteca. En esta ocasión era más difícil el mantenerlo alejado, ya que había vuelvo a ser el bibliotecario principal y estaba con Eve, pero han sabido alejarlo de forma bastante coherente. A fin de cuentas, Flynn lleva mucho, mucho tiempo solo y ha perdido a todas las personas a las que quería, así que estaba bien traído el hecho de que, por un lado, tuviera miedo al estar con Eve y, por otro lado, no se acostumbrara a trabajar en equipo.
En ese sentido, sí que me ha convencido tanto su ausencia como el hecho de que prefiriera perseguir a Próspero por medio mundo en lugar de quedarse junto a los demás. Eso sí, me parece que han pasado por puntillas en la relación romántica entre Eve y él. Por mucho que Eve le comprenda y sepa por qué huye, podían haber hablado del tema o haberse sincerado.
Aunque, bueno, nos han dado momentos muy, muy memorables como toda su trama en el final de temporada, así que no me quejaré.
Además, la ausencia de Flynn venía bien para tratar a los otros personajes. Flynn mola mucho, aunque a veces peque un poquito de estar demasiado pasado de rosca, pero, por lo general, cuando él aparece, son Eve y él los protagonistas absolutos de los episodios, aunque los demás tengan sus escenas molonas.
Eso sí, en esta segunda temporada el protagonismo ha estado muy repartido y hemos tenido un episodio dedicado a cada personaje, con la excepción de Jenkins, aunque éste ha tenido más peso y le hemos visto hacer trabajo de campo lo que ha molado.
Pero, bueno, nos han enseñado a la familia de Stone y han explicado por qué siempre se esconde detrás de seudónimos para escribir sus artículos. También han ahondado en el interés de Cassandra por la magia y, de paso, han extendido la mitología de la serie al añadir a las damas del lago (ilusión suprema reencontrarse con Beth Riesgraf). Hemos visto a Eve reencontrarse con un antiguo amigo y a Ezekiel Jones convirtiéndose en un héroe por la vía más difícil en uno de los episodios más chulos y dramáticos que han tenido.
Y es que, aunque todos los personajes molan muchísimo, Ezekiel cada vez se va haciendo más con la serie. Entre que el personaje es muy guay y tiene esa dicotomía de canalla y héroe y que John Kim está comodísimo en el papel es muy sencillo que robe las escenas.
Y yo sigo emperrada en que Ezekiel debe liarse con Cassandra porque juntos son la monez.
Y si el desarrollo de los personajes ha molado, la trama principal de la temporada lo ha hecho también, pues se han dedicado a sacar a personajes míticos de la literatura para que se enfrenten a nuestros protagonistas. Próspero, el mago protagonista de La tempestad de Shakespeare, ha sido el villano de esta temporada, aunque no ha estado solo, pues le han acompañado el hada Ariel (también de La tempestad), Dorian Gray y Moriarty.
Además, Moriarty ha sido un personaje muy genial. Inteligente, retorcido, divertido y prendado de Eve, lo que ha dado muy grandes momentos.
La verdad es que toda la temporada ha tenido escenas muy, muy memorables y muy divertidas, pero lo que más me ha gustado ha sido el amor por la literatura que se notaba a lo largo de la temporada. En la primera nos hablaron de los mitos artúricos en general y, aunque la presencia artúrica sigue ahí, en esta segunda el protagonista ha sido Shakespeare y la literatura en genial, lo que me ha molado mucho porque a mí también me encantan los libros.
Y, encima, el hecho de que los personajes más famosos de la literatura puedan salir de los libros abre un montón de posibilidades de cara a futuras temporadas. Bueno, por el momento creo (y, repito, creo) que en la tercera temporada el malo va a ser el bibliotecario anterior a Flynn, el que se perdió por culpa de la magia, lo que puede molar muchísimo porque por ahí tenemos a Cassandra interesada en aprender magia a pesar de las continuas advertencias de Jenkins y a ese trío de hechiceras encabezadas por La dama del lago.
Que, por cierto, en ese epiquísimo final de temporada, La dama del lago salvó a Eve y ésta salió del lago con cambio de ropa incluido (al más puro estilo Lluvia de estrellas) y no sé si eso traerá consecuencias de cara a la tercera temporada.
Pero, vamos, en general que The Librarians sigue molando lo que no esté escrito. Es divertida, entretenida, friki a más no poder y muy original. Además, es una serie que desprende buen rollo. Todos los personajes son muy geniales, pero además tienen una unión muy fuerte y los actores tienen muy buena química, por lo que ver cada episodio es una auténtica gozada.
Ay, qué larga se hará la espera hasta la tercera temporada. Ay.