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El ilustre obispo Peder Winstrup fue enterrado en la cripta de la catedral de Lund, Suecia, en 1680. Su cuerpo está inusualmente bien preservado, parece de cartón piedra. No en balde es una de las momias más espectaculares de Europa. Por eso un completo estudio del cuerpo, órganos internos y muestras de textiles, promete arrojar valiosa información de cómo era vivir en Lund en el siglo XVII.
Winstrup pudo haber pasado a la historia por su destacado papel multidisciplinar en la cultura y la sociedad escandinava de su siglo, o por su dudosa lealtad a la corona. Sin embargo, su propia momia es quien le ha arrebatado el mérito al aparecer intacta en el interior de su ataúd de plomo.
“¡Dentro estaba el cuerpo de un anciano que parecía estar dormido!”, dice Per Karsten, director del Museo Histórico de la Universidad de Lund. El obispo murió a los 74 años, y a la vista está, que el anciano se conserva tan expresivo como entonces.