En el año 1989, el artista Armando Muñoz García creó una excéntrica casa en forma de mujer ubicada en la ciudad fronteriza de Tijuana, a tan solo 10 minutos del aeropuerto internacional de dicha urbe se levanta esta imponente obra a 18 metros de altura y desde hace más de dos décadas yace enorme, voluptuosa, como haciendo un tributo a la excentricidad que siempre es Tijuana.
Es considerado uno de los «monumentos» más extraños, de la aún más extraña, Tijuana. El creador de esta peculiar casa cuenta que para dar inicio a su obra, antes recorrió las calles de la ciudad y centros nocturnos para encontrar las “mejores curvas” de Tijuana.
La casa es también llamada por los citadinos la mujer blanca o la Mona, la conectó a una casa más convencional que está detrás de su cuerpo que pesa 18 toneladas. El cuerpo de esta mega escultura fue diseñado desde un inicio para ser habitado, hay 4 distintos pisos en su interior: en la cabeza un despacho, en el pecho una recámara con un balcón; en el área estómago la cocina. El baño, finalmente, en los glúteos.
Como una manera de hacer honor a la funcionalidad de su obra Muñoz vivió en ella algún tiempo, aunque finalmente la dejó y desde 2008 ha ido restaurándola poco a poco. Se dice que este se ha convertido en el emblema no oficial de Tijuana.
Además distintas organizaciones e instituciones pro-salud enfocadas al tratamiento del cáncer en las mujeres, la han vestido en varias ocasiones con un suntuoso vestido color rosa como muestra de apoyo a las mujeres que luchan diariamente contra el cáncer.