Revista Cultura y Ocio

La moneda siempre tiene dos caras

Publicado el 18 febrero 2015 por Águeda Lorena García González @aguedlgg

La moneda siempre tiene dos caras.

Siempre hablo en términos de despecho, abandono, frustración y de no entender porqué muchas veces te dejan, te abandonan o simplemente dejan de sentir aquello que sentían por ti... Lo cual desencadena una guerra entre dos, donde (debo admitir) que ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos.

Pero ayer saltaron las alarmas cuando al leer un comentario en mi blog, me di cuenta de algo muy pero que muy importante: No sólo me leen los abandonados, también me leen los que abandonan, dejan de querer o simplemente asumen su situación y no miran atrás.

Me faltan datos sobre todos los lectores que tengo y aunque me pongo en su lugar para entender ciertas posturas, ayer me sentí gilipollas (de verdad de la buena) porque sin darme cuenta no supe ponerme en el lugar de una persona cuando respondía a un comentario.

Hasta donde pude deducir, esa persona había sido abandonada... Ayer entendí (si no es así, por favor, acláramelo) que tenía en sus manos la posibilidad de arreglar la situación.

La moneda siempre tiene dos caras.

A una Rubita que yo me sé, cuando la dejaron tuvieron los de decirle: "Quizás algún día te dé la oportunidad de que seamos amigos" ¿Perdón? ¿Que tú a mí qué?....¡Me dejas tirada y te haces tú el ofendido! (Para que al menos apreciéis la diferencia entre que te dejen y te las hagan pasar "putas" al otro caso en el que te dejan y en principio se arrepienten) Supongo que no se puede juzgar a todo el mundo por igual. Al menos yo veo una gran diferencia.

Pero lo que realmente quería contar es cómo lo vive el que toma la decisión de mandar todo a la mierda. Conozco las dos versiones (el que toma la decisión y al que no le queda más remedio que aceptar lo decidido) y puedo deciros que al igual que el abandonado, en muchos casos no lo pasan mejor.

En este caso también se puede optar por volverse impasible, sin escrúpulos y sin la más mínima señal de dolor por lo situación que ha propuesto. He conocido a personas que han dejado a sus parejas y un año más tarde siguen sintiéndose las peores personas del mundo (malas madres, malas esposas, malas personas...) y he conocido a quién romper una familia, dejar la economía familiar hecha polvo y a dos hijas pequeñas no le ha supuesto ni un ligero dolor de cabeza.

La moneda siempre tiene dos caras.

Así que tampoco vamos a hablar en términos absolutos, donde todo es blanco o negro o donde sólo puedes ser víctima o verdugo.

Me niego a pensar que quién toma esa decisión no sufre, pues el cambio de vida es para todos. Me niego a pensar que esa decisión sea fruto sólo del egoísmo y que en el fondo todo el mundo tiene sus propias razones.

Yo me siento en la peor situación respecto a muchos: Me hicieron sentir mal, no me dieron explicaciones y ni siquiera hubo momento para la reflexión. Se tomó una decisión tan importante sin contar conmigo ni con la situación en la que puedo estar en un futuro ¡Y no le tembló ni el pulso ni la voz! No me dirige la palabra... ¡Cómo para pedir perdón!

En cambio, como he dicho antes, también he conocido a gente que ha tomado la decisión de romper y que me dice: "No sabes la suerte que tienes de que te hayan dejado, yo no soporto el peso de haber tomado esta decisión" (y me lo han dicho con lágrimas en los ojos porque en el fondo no quieren hacer daño, porque saben que nada será igual y que a fin de cuentas no deja de ser un fracaso).

Y esto no quiere decir que una tenga que hacerse la idiota y fingir que no la han herido, que tenga que olvidar o que tenga que ir de valiente por la vida. Simplemente y como dice una buena amiga "Haz lo que te nazca". Y si alguien quiere perdonar... pues que perdone y si alguien quiere asumir su situación y no mirar atrás, pues que no vuelva la cabeza.

La moneda siempre tiene dos caras.

Por eso ayer después de leer el comentario me di cuenta de todo, de que algunos se van y no vuelven (y visto lo visto, ni falta que hace) que otros se van y sufren en su camino de despedida y que algunos se alejan y les falta tiempo para llamar a la puerta y pedir perdón... Igual que ayer querida amiga sólo puedo decirte que viendo lo que hay fuera y siendo como soy (luchadora hasta la muerte) de las que cree que el perdón (si así lo sintieses, que no es obligación) te puede hacer feliz a ti y también a tu familia, tendrás que valorar si "fumas y perdonas" o si "firmas".

Tan sólo piensa que a algunos además de dejarnos ni siquiera nos hablan, ni siquiera nos tratan como a personas y valora que las segundas partes no siempre son malas, a veces son mejores pues algo has aprendido de la primeras.


Volver a la Portada de Logo Paperblog