Cuidado con las citas.- Los autores jóvenes no saben que la buena expresión, la buena idea, sólo se desenvuelve bien entre sus semejantes; que una cita excelente puede aniquilar páginas enteras y aun el libro todo, por cuanto advierte al lector y parece gritarle: “Atento, yo soy la piedra preciosa y lo de alrededor es plomo, plomizo y despreciable plomo”. Cada palabra, cada idea, quiere vivir sólo en su propia sociedad: ésa es la moral del estilo selecto.
Friedrich Nietzsche
El paseante y su sombra
Traducción: José Luis Arántegui
Editorial: Siruela
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Borges no era un escritor oficial. En ese mismo tiempo Murena, que había leído el artículo de Sartre, “La nacionalización de la literatura” de 1948, en 1949 escribe en Sur un artículo que se llama “Condenación de una poesía”. Mirá que título… escribía tan mal Murena ¿no? “La condenación de una poesía”, le puso. Y… un brulote contra Borges […]. Después apareció el libro de Adolfo Prieto, primer libro que se escribió sobre Borges. Grupo Contorno. Un brulote que, por otro lado, como pasa con Borges y también con Marx y con Nietzsche, cuando los citan están perdidos. Entonces, Adolfo Prieto escribe pero de pronto cita a Borges y claro, uno dice “qué bueno que es este escritor”. Lo mismo pasa con Marx. La gente dice “Marx, qué degenerado y lo citan… ¡pero lo voy a leer ya mismo!” ¿No?
Ricardo Piglia
Transcripción literal de la conferencia sobre Borges
TV Pública Argentina, 2013
Foto: Friedrich Nietzsche