Revista Medio Ambiente
Nuestro mundo está lleno de imitadores y hay muchos organismos que copian el diseño de otros con el fin de apropiarse de algunas de sus ventajas. Una de las imitaciones que más se observan en la naturaleza es la de los animales inofensivo que adoptan el aspecto de otros animales peligrosos para de esta forma causar una reacción de temor entre los posibles depredadores. Curiosamente, este tipo de imitaciones ha evolucionado de manera independiente en prácticamente todos los grupos de animales, desde insectos hasta mamíferos, lo que es una prueba de que es una estrategia que funciona. A este tipo de imitación se la conoce como "mimetismo batesiano".
Imaginemos una especie de insecto que fuera capaz de defenderse de sus depredadores clavándoles su aguijón, por ejemplo una avispa. Quizás un pájaro inexperto que nunca hubiera visto una avispa trataría de comérsela, pero en esa caso, el pájaro tendría muchas posibilidades de recibir un picotazo. A partir de ese momento el pájaro relacionaría el dolor del picotazo con el aspecto de la avispa y en futuras ocasiones evitaría comérsela. Pero esta respuesta sólo sería posible si la avispa se vistiera con un traje imposible de olvidar, como un diseño de rayas amarillas y negras. Curiosamente este diseño de alerta también se repite en muchos grupos de animales y siempre con el mismo significado.
Pero disponer de un aguijón especializado y destinar parte de sus recursos en la producción de veneno tiene un coste, ya que esos recursos se podrían dedicar a otros menesteres, por ejemplo a engordar y acumular reservas.
Pues algunos animales han imitado el aspecto de estos animales "peligrosos" pero bajo el disfraz sigue escondiéndose un animal inofensivo. Un ejemplo es la mosca de la fotografía, que podría pasar por una abeja si no nos fijamos, y por lo tanto, un depredador potencial, en caso de duda preferiría dejarla a un lado "por si acaso".