Revista En Femenino

La motivación positiva es mucho más fuerte

Por Mamaconectada @mamaconectada

Hace un tiempo mi hermana me regaló un libro que se me perdió en una de las mudanzas. Me sirvió un montón a la hora de enfrentar situaciones conflictivas con mis hijos. Una de ellas era la hora de dormir. Es una lástima que no recuerde el nombre ni el autor.

La motivación positiva es mucho más fuerte

El libro proponía motivar desde el mensaje positivo, haciendo foco en los logros más que en los "no logros". Ponía como ejemplo que a veces, cuando nuestros chicos están jugando lo más bien, no les hablamos para no interrumpirlos y esperamos que no vengan a pedirnos algo. Sin embargo, apenas hacen algo mal estamos presentes para retarlos. Entonces, ¿qué mensaje les damos? ¿Si se portan bien los ignoramos y si se portan mal les prestamos atención?

Lo empecé a aplicar para que el mayor de mis hijos lograse dormir solo. Para esto, le decía que si se quedaba contento yo volvía en unos minutos y le daba un beso, le leía un cuento o le cantaba una canción. Y así lo hacía. Cada vez esperaba un poco más, pero volvía y hacía lo que le había prometido. En mi caso se acabaron los llantos y las angustias. Mi hijo lo tomaba como un juego y luego se dormía feliz. Sabía que si me llamaba yo iba a ir de buena manera y él obtenía su recompensa.

Después seguí usando la técnica en varios aspectos de la vida de mis hijos. Empecé a felicitarlos por lo bien que jugaban en sus cuartos. Quizás pasaba, me quedaba unos minutos o le llevaba algún jugo y seguía con mis cosas. Ellos me sentían presente y jugaban con tranquilidad.

En especial me sirvió para el momento de la cena: no habla el que grita más fuerte, sino que empieza el que tiene mejores modales. El grito y la ansiedad exagerada mandan a mis hijos al final de la fila. Cuando son más chicos, todos quieren contar algo y se interrumpen en forma constante. Está bueno ordenarlos para que ninguno se sienta excluido en ese momento tan especial.

La motivación positiva requiere esfuerzo y mucho, pero vale la pena porque aprenden desde el amor y la paciencia. Ahora entienden la diferencia en las consecuencias de sus actos si se portan bien o no tanto. Es clave que entiendan qué es portarse bien: les decimos muchas veces que lo hagan desde algo general que no llegan a comprender y los retamos porque no piensan como adultos. Explicarles, hablarles y motivarlos desde lo positivo es un camino que sin duda vale la pena.


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