¡Por el amor de Dios! (Me pongo Católica, Apostólica y Romana) ¿Porqué estamos todos más quemados que la moto de un hippy? Vamos a relajarnos un poco que esto no puede ser sano ¿A que no?
Si me pongo a releer mis post con carácter retroactivo me doy cuenta de cómo veía las cosas hace 3 meses. Todo era de un tono "azul oscuro casi negro" y me noto mucho (pero que mucho, mucho) más relajada.
Recuerdo mi salida al mercado con 32 años (ingenua como si tuviese 16) y mis primeros "batacazos" en el antiguo arte de la "conquista". La verdad es que una no deja de sorprenderse con lo que hay en la calle.
Las primeras salidas nocturnas con amigas en las que ellas, eran bastante más expertas que yo (que acababa de salir del cascarón) y al menos ya sabían por dónde iban los tiros y cuáles eran los detalles en los que una debía fijarse si no quería acabar metida "en la boca del lobo" o en una cama del
Ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba, de lo poco preparada que estaba para entender que realmente las cosas no se parecen en nada a lo que yo imaginaba. Yo quería un príncipe y de momento sólo me han salido ranas.
Siempre he tenido claro que las presas éramos nosotras y no estoy de acuerdo en eso de "nosotras somos las que elegimos" Porque debe ser que o sólo elijo gilipollas o que los hombres de bien no consideran mi existencia...Y pasan de mí a la velocidad del rayo...
Ahora que ha pasado el tiempo y con un poco más de experiencia y vivencias, la Rubita tiene que admitir que el problema no es de ellos, ni de ellas... ¡El problema somos todos! Estamos más quemados que la moto de un hippie después de hacer la Ruta 66, en cuanto a relaciones se refiere.
Si hacemos una radiografía a los "viejóvenes" (este concepto es pura tendencia... Ojito con la RAE) que están en el mercado sentimental, obtenemos la siguiente información que nos hace comprender porqué estamos como estamos.
Los hombres que "pululan" el mercado del amor se dividen en 2 categorías:
-Los solteros que se quedarán "forever alone" hasta el fin de sus días (después llega el arrepentimiento...claro)
No saben lo que quieren y siguen pensando que van a ser maravillosos aunque tengan 50 años... No quieren compromisos y las mujeres separadas no somos su público objetivo, por lo que se empeñan en seguir detrás de jovencitas a las que creen que pueden convencer con una copa y una bonita sonrisa.
Huyen de cualquier mujer soltera porque piensan que en cuanto se descuiden los llevan al altar o les hacen padre de familia numerosa ¡Mira que os empeñáis en vernos como solteras desesperadas y perseguidas por el reloj biológico!
-Los que vienen cargados de desconfianza y con el corazón partido, que no se fían ni de su madre, ni de su prima y mucho menos de una cualquiera que se cruzan en la noche madrileña o en la región de Murcia...que para el caso la situación geográfica nos da lo mismo. No se fían de una mujer ni en España ni en la China.
Buscan una mujer imposible (y digo esto porque me parece que lo ideal no siempre es lo real...) Porque quieren una "novia" que les permita mantener su independencia, sus noches de fiesta con amigos, sus horarios laborales y sus requerimientos familiares cuando toca hacerse cargo de los hijos... ¿Y yo me voy a conformar con esto? ¿Con ser su pasatiempo los fines de semana alternos? Ni yo, ni casi ninguna.
Y ahora nos toca a nosotras las chicas... No es lo mismo ser soltera que una divorciada con hijos la que sale a la pista:
nosotras tampoco es que seamos menos exigentes o que tengamos bien claro cuáles son nuestras premisas.
- Las mujeres solteras que tienen una media de edad entre 25 y 35 (y estoy abriendo mucho el rango, porque la realidad no es ésa) buscan el novio o padre de sus hijos y a la vez el amor de su vida. Lo malo es que se topan con hombres amantes de si mismos, que no quieren compartir, que no quieren perder nada de lo que tienen y que siguen pensando que en la vida lo importante es divertirse... El compromiso no se lo plantean ni de broma ni en sus peores pesadillas.
- Las mujeres expertas que también llevan una historia a cuestas (además de algún hijo) no quieren compromisos raros, ni el "follamigo" de turno... Aunque también es cierto que hay mujeres muy independientes (una vez divorciadas) no tienen intención de compartir su cama, su mesa y el cuarto de baño como una "parejita".
Lo que a mi no me encaja es la siguiente mentira: Si todos buscamos el amor o la estabilidad en pareja ¿Porqué somos tan idiotas de no querer jugárnosla cuando aparece la persona " más o menos correcta"?
En el fondo, estamos tan "quemados", tan decepcionados, tan "apaleados" que lo último que nos planteamos es ser sinceros con nosotros mismos y menos aún con la persona que tenemos en frente... Y llegados a este punto, si él no confía y tú no confías ¿Cómo puede ir lo vuestro a ningún lado?Tendemos a conformarnos, a no quejarnos, a pensar que lo normal es que las relaciones del futuro sean de ese tipo tan genial que no implica más que "un polvo cada 15 días" ¿Qué le vas a exigir a alguien que no tiene tiempo de formar parte de tu vida? ¿Cómo vas a alimentar una relación que es más independiente que Andorra de España?
Simplemente no se puede.
Así que una de dos: O empezamos a relajarnos y asumimos que las relaciones sólo funcionan cuando los dos miembros de una pareja dan (dan tiempo, dan cariño, dan expectativas de futuro, dan implicación en la vida del otro tenga o no hijos...) y aportan lo que tienen o entonces si nos quedamos con la idea de tener compañía de vez en cuando y sin ningún tipo de dependencia (ni nos llamamos, ni nos escribimos y no hacemos mención a nada sentimental) Porque... ¿Que le vamos a pedir a alguien que aparece en nuestra vida o en nuestra cama o en nuestro teléfono (porque tiene mucho lío) cada quince días?
A mí, que me lo expliquen...